Las uñas irregulares son el mal que aqueja a muchas personas que no saben cómo reprimir la ansiedad, el nerviosismo o lidian con dificultad con situaciones apremiantes. Este hábito poco ortodoxo es conocido como “onicofagia” y no existe consenso respecto al número de personas en el mundo que se ven afectadas por la acción de sus dientes sobre las uñas.

Sin embargo, esto puede representar más que una pésima costumbre, ya que advierten que la onicofagia puede ser incluida por la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) dentro del Manual de Diagnóstico Estadístico de Enfermedades Mentales bajo la categoría de Trastorno Obsesivo-Compulsivo.

Según informó Huffington Post, esto podría dar nuevas luces para que las personas que han visto deformadas sus uñas se vean beneficiadas con la uniformidad del concepto y las investigaciones para su tratamiento sean más efectivas.

Lo anterior no quiere decir que todas las personas que muerden sus uñas de forma reiterada se encuentren afectadas por el trastorno, lo que deberá ser determinado por personal médico.

La psiquiatra Carol Mathews declaró a la revista Women’s Health que la onicofagia debe adquirir un nivel de severidad clínica para que se considere con un trastorno.

Junto con la deformidad, entre los riesgos asociados se encuentra la posibilidad de infecciones en la piel e, incluso, aumentar el riesgo de sufrir resfriados.