La relación entre las decisiones ciudadanas de cambiar a un alcalde, mucho tendría que ver con el desempeño de éste respecto de la forma en que afrontó el terremoto y tsunami. Pero no sólo el día después de la catástrofe, sino que el acompañamiento hasta el día de hoy, que muchos olvidaron y vieron castigo en las urnas.

El mar azotó la costanera de diversas ciudades en el Biobío. Una de ellas, Penco, otra Tomé, también Tirúa y Talcahuano. No sólo arrasó con casas, carreteras y construcciones de todo tipo, además de provocar la muerte, también generó pánico, y con el tiempo soledad.

Si bien no es una correlación a modo de ecuación o método científico, coincide que en comunas con registro de tsunami, en su mayoría hubo cambio de alcalde, castigo en las urnas que de cierta manera lo explica la sociología, según comentó Pablo Martínez, académico ligado a Corbiobío.

Rapidez en la reconstrucción cuando será una mentira fue la condena de algunos ediles. La carencia de vivienda, otra. La preocupación de los días posteriores al 27 F, pero el abandono el resto de los años, llevó a este escenario según el sociólogo, que cómo fenómeno destacó a Talcahuano, que no sufrió el mismo destino.

Y acá van las críticas, de pensar en futuras repostulaciones, para aquellos en quienes la ciudadanía depositó su confianza.

Martínez, además, dio a conocer que la etapa de desintegración social agudizará las crisis con indignación frente a la desigualdad y buscando respuestas desde la clase política, que aún no se hacen cargo de aquello.