El primer ministro conservador británico David Cameron sufrió el miércoles su primera derrota importante en el parlamento al perder una votación no vinculante promovida por el ala más euroescéptica de su partido para forzarle a exigir recortes en el próximo presupuesto europeo.

Después de tres horas de debate, la moción impulsada por el conservador Mark Reckless y respaldada por el opositor partido laborista fue aprobada con 307 votos a favor y 294 en contra.

Aunque este resultado no es vinculante para el gobierno de coalición, aumenta la presión sobre el primer ministro antes de la cumbre extraordinaria del 22 y 23 de noviembre en Brusleas, en la que se negociará el presupuesto plurianual de la Unión Europea (UE) para el periodo 2014-2020.

Cameron había tratado de frenar horas antes esta rebelión, al reiterar en su comparecencia semanal ante los diputados que vetaría el presupuesto si éste preveía incrementos por encima de la inflación -en torno al 2%-, señalando sin embargo que hubiera preferido una rebaja.

“En el mejor de los casos querríamos un recorte, en el peor una congelación, y estoy completamente preparado a utilizar el veto si no logramos un acuerdo que sea bueno para el Reino Unido”, afirmó durante una tumultuosa sesión de preguntas al primer ministro en la Cámara de los Comunes.

“Pero seamos claros, nos interesa intentar lograr un acuerdo porque una congelación de siete años mantendría nuestras facturas bajas comparado con presupuestos anuales”, agregó.

Esta no es la primera vez que los conservadores más euroescépticos y derechistas, que resurgieron con fuerza con los problemas de la zona euro, desafían a su líder.

Hace poco más de un año, 81 diputados ‘Tories’ votaron a favor de la organización de un referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea (UE), aunque la moción fue rechazada debido al respaldo de sus socios de coalición liberal demócratas y de los laboristas.

En esta ocasión, sin embargo, los laboristas fortalecidos por su ventaja en los sondeos de intención de voto apoyaron la moción, acusando al primer ministro de “tirar la toalla” de la reducción antes incluso del inicio de las negociaciones.

Al presentar su enmienda a los diputados, Mark Reckless señaló que muchos británicos no podían entender por qué subía el presupuesto de la UE cuando su país estaba sometido a un drástico plan de ajuste que redujo los subsidios sociales y los servicios públicos.

“Si creen que la Unión Europea tiene demasiado dinero, su presupuesto es demasiado importante y necesita reducirse, entonces voten por mi enmienda”, señaló.

Para calmar al sector antieuropeo, Cameron ya vetó en diciembre un tratado comunitario destinado a reforzar la disciplina fiscal de la Eurozona a fin de ayudarle a afrontar la crisis y este mes amenazó con volver a ejercer ese derecho si no se congelaba el presupuesto.

La Comisión Europea propuso en julio un presupuesto de un máximo de 1,025 billones de euros, en alza de 5% con respecto al periodo 2007-2013.

Chipre, que ejerce la presidencia rotativa del bloque, presentó el martes un nuevo plan con recortes de “al menos 50.000 millones de euros”, que la Comisión rechazó de inmediato.

Aunque el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy lleva a cabo una gira para tratar de lograr un compromiso entre los miembros, las negociaciones del presupuesto se anuncian arduas.

Además del Reino Unido, que se beneficia desde la época de Margaret Thatcher de un descuento en su contribución al presupuesto comunitario, Dinamarca también ha amenazado con bloquear el proyecto que debe ser aprobado por los 27.

Un nuevo veto británico dejaría aún más aislado en Europa a Cameron, que recientemente prometió a sus compatriotas un referéndum para resolver el asunto de las relaciones de su país con la UE antes del final de su mandato de cinco años en 2015.