Este martes el Ministro de Educación confirmó la petición al Consejo Nacional de Educación (CNED) para el cierre de la Universidad del Mar, luego que en 5 meses de auditoria que habría determinado que el plantel vulneró sus propios estatutos, abandonando su proyecto universitario y lucrado, lo que está prohibido por ley.

Según una investigación llevada a cabo por el Centro de Investigación Periodística (CIPER), habría al menos 85 sociedades creadas en torno a la universidad, las que se sostendrían del arriendo de edificios a la casa de estudios.

“Los controladores insisten en que no lucran, pero lo cierto es que esa red tiene como finalidad central llevar una enorme cantidad de recursos desde la UDM a sus bolsillo”, indica la investigación.

La situación sería tal que la institución sólo sería dueña de una de sus sedes, la ubicada en sector de Recreo en Viña del Mar, mientras que el resto de los inmuebles se arrendarían a sociedades externas controladas por los mismos dueños de la universidad. 85 sociedades fundadas por los propios socios fundadores: Raúl Baeza, Sergio Vera, Mauricio Villaseñor y Héctor Zúñiga.

CIPER va mucho más allá, incluso asegura que la institución educacional no sería dueña de su mobiliario, ya que en diciembre de 2001 lo habría vendido a dos sociedades controladas por los dueños de la Universidad del Mar en poco más de 2 mil millones de pesos ($2.123.000.000) aproximadamente.

De este modo, la Corporación Educacional Universidad del Mar sólo tendría deudas: 600 millones de pesos adeudados a sus trabajadores y 5 mil 500 millones a los bancos BCI y Scotiabank.

Entonces ¿cómo funcionaría? La Universidad se alimentaría sólo del flujo de recursos que vienen de las mensualidades y matriculas del alumnado, que iría directamente a decenas de contratos de arriendo y honorarios, absorbiendo todo el dinero que entra a sus arcas.

Esta habría sido la denuncia realizada por el abogado Raúl Urrutia, quien renunció a su cargo tras detectar las irregularidades, ya que aún debiendo 550 millones de pesos a sus trabajadores y profesores, los dueños habrían preferido pagar 600 millones de arriendo a inmobiliarias que ellos controlaban.

CIPER denunció en su investigación que “esta red de sociedades no tiene ninguna tarea educativa o docente: fuera de arrendarle inmuebles –que a veces ni siquiera les pertenecen-, no aporta nada a la universidad, sino que vive de ella. Es, además, una red en las sombras, completamente desconocida para la mayoría de los que trabajan y estudian en la UDM.”

UDM bajo la lupa

La Universidad del Mar está siendo investigada tanto por la Fiscalía, Contraloría y el Mineduc, debido a diversas irregularidades que han pesado sobre ella en el último tiempo.

En enero la Contraloría General de la República comenzó a investigar a la institución debido a la existencia de un contrato entre el ex presidente (s) de la Comisión Nacional de Acreditación Eugenio Díaz Corvalán y la UDM, en donde se habría estipulado pagarle 60 millones de pesos a Díaz por la acreditación de la universidad.

El organismo contralor puso estos antecedentes en manos de la Fiscalía Oriente, desde donde se inicio una investigación por presunta “negociación incompatible” y “cohecho”.

Tras la renuncia de su ex rector, Raúl Urrutia, el Ministerio de Educación comenzó una indagación en terreno en todas las sedes de la casa de estudios para fiscalizar que el servicio que le otorga a los estudiantes sea el acordado en los contratos.

Finalmente, un grupo de 34 alumnos de la sede en Maipú interpusieron una querella por estafa en contra de la universidad, debido al incumplimiento de los servicidios educacionales.