El golfista estadounidense Tiger Woods aseguró este miércoles que la “cultura del honor” que caracteriza a su deporte limita los escándalos de dopaje como el que ha sacudido al ciclismo con Lance Armstrong, desposeído el lunes de sus siete Tours de Francia.

El golf “es un deporte en el que (los jugadores) sabemos admitir los errores. Si la bola acaba entre los árboles, nos culpamos a nosotros mismos”, declaró.

Woods, que participa en un torneo en Malasia, defendió los controles sanguíneos en el golf. “Implantamos los controles hace unos tres años y creo que… sé que no hacemos test sanguíneos como hacen en otros deportes. Por ahora son sólo muestras de orina, pero es ciertamente un paso positivo en la dirección correcta para dar mayor validez a nuestro deporte.

El golfista habló del tema del dopaje dos días después de que la Unión Ciclista Internacional anunciase que invalidaba los siete Tours de Francia logrados por otro icono del deporte estadounidense, Lance Armstrong.

En noviembre de 2009, poco después de que se introdujeran los controles antidopaje en el circuito estadounidense y europeo de golf, el norteamericano Doug Barron fue el primer golfista en dar positivo.