En estos días es común oír, incluso varias veces al día -gente criticando o quejándose del sistema-, de los políticos que no hacen nada por mejorar la calidad de vida de las personas (siendo autorreferentes) o quejándose de que siempre gobiernan los mismos, pero eso es responsabilidad de cada uno, ya que es uno quién vota, es uno quien elige a los mismos de siempre para gobernarnos por otro periodo. Además muchos de aquellos que se quejan de que siempre son los mismos se abanderizan con un candidatos de aquellos “mismos de siempre”.

Honestamente yo también estoy harto de los mismos de siempre, valga la redundancia. Necesitamos ideas frescas, personajes frescos, recién integrados a lo político. Da igual si son jóvenes o no tan jóvenes, lo importante es la vitalidad de pensamiento, de espíritu, de conocimientos e intenciones, personajes que todos los días se renueven y sean capaces de enfrentar diversas situaciones sin verse limitados por su tendencia o camaradas de alianza política, sino que bien dispuestos a recibir ayuda concejo y critica de quienes paralelamente están en la cúpula más alta de la política y que la inexperiencia no sea un victimario, sino que prime la inteligencia con su capacidad de improvisación.

Pero ¿será posible que exista este tipo de personajes en política? Por supuesto que sí, tan sólo hay que exigirlos, los mismos partidos los tienen escondidos ocultos porque los poderosos quieren gobernar y tienen el dinero para pagar campañas, y es una materia conocida e innegable en las prácticas de la mayoría de los partidos, por algo existe tanto candidato inepto.

Ahora, supuestamente al lograr esto, incrementar el número de candidatos bastante preparados, con caras nuevas, ideas acordes a nuestros tiempos y un espíritu que solo deba respeto y lealtad a Chile ¿Cómo pretendemos generar cambios con estos personajes si no estamos dispuestos a votar? Y es algo evidente, pues así también aquellos mismos que están cansados del sistema político y los mismos de siempre, son también muchas veces quienes declaran que no votaran en estas elecciones, o las campañas que vemos por las redes sociales de NO VOTAR ¿para demostrar nuestro descontento con la política?

Me pregunto de qué estamos hablando, pues en estas declaraciones comunes existen un nivel de inconsistencia altísimo, incluso estamos dispuestos a ser gobernados por un periodo más, quizás por qué personaje a nivel comunal, con tal de “demostrar nuestro descontento”. Las cosas no son así; en democracia se combate directamente con un lápiz, un papel y una idea, esa es la respuesta, y promover el voto es crear fuerzas, un ejército de personas consientes y dispuestas a generar un cambio a través de las mesas.

Ahora tenemos el sistema de Inscripción Automática y Voto Voluntario, el cual no podemos desaprovechar, no desconocer el poder que nos entrega este sistema electoral, pues aumenta más que significativamente el padrón electoral, tan sólo al ser puesto en marcha pasamos de ser 8 millones 111 mil 799 votantes registrados a 13 millones 404 mil 084 potenciales votantes, incluso dejando la puerta abierta a quienes no quieren generar cambios. Para ser más severos aún, de los más de 5 millones de nuevos votantes, alrededor de 3 millones y medio son jóvenes de entre 18 y 29 años, los cuales están en plena edad de adquisición de conciencia política, así es que deben practicarla.

Ensayo y error es un hábito común en la vida, pero más vale intentar cambiar las cosas ahora siendo joven, que no hacer nada y llegar a un punto en que la rabia sea grande y critiques a la juventud por no hacer nada, pues gran culpa tendrás tú y cada uno de los que no se quieren motivar a votar.

Por último quiero mencionar el hecho de que en las elecciones anteriores, en las cuales ganó Sebastián Piñera, cosa que indudablemente todo chileno sabe (espero, sino significa que hay muchos chilenos habitando la Luna y Marte) salió electo con 3 millones 563 mil 050 votos versus 3 millones 340 mil 308 de Eduardo Frei, a duras penas poco mas de 250 mil votos de diferencia, ahora con la inscripción automática y voto voluntario, imagine qué sucedería si sólo los jóvenes sumados a este nuevo padrón (más de 3 millones y medio) se inclinaran por un candidato en las próximas elecciones, o si el resto de los nuevos inscritos lo hicieran (casi 2 millones). ¿Las elecciones serían diferentes? Esto nos deja más que claro, la diferencia que podemos hacer votando.

Amigos lectores, jóvenes de Chile y me sumo, hago un llamado a empoderarnos y votar para generar cambios reales, un Chile cívico, ecológico, consiente de nuestra identidad, y lo que quieran que sea, siempre pensando en los que vienen después.

Bryan Smith
Estudiante de Ciencias Políticas y Políticas Públicas
Universidad del Desarrollo