El ministro japonés de Justicia está a punto de dimitir, afirma la prensa este viernes, después de reconocer viejos vínculos con la mafia de los yakuza.

Keishu Tanaka entró hace tres semanas en el Gobierno de centro-izquierda del primer ministro Yoshihiko Noda en un reajuste ministerial.

Pero Tanaka tuvo que reconocer recientemente que hace 30 años tuvo relación con el crimen organizado, tras revelar un semanario que Tanaka hizo de intermediario para la boda del hijo de un jefe yakuza y había asistido a una fiesta organizada por un jefe del hampa de Yokohama.

Tanaka se excusó aunque insistió que no iba a dimitir. “Esta relación con un sindicato del crimen es historia vieja”, recalcó la noche del jueves, según el diario Yomiuri.

Un alto responsable del Partido Demócrata de Japón (PDJ, centro-izquierda), movimiento gubernamental del que forma parte Tanaka, afirmó en cambio al mismo diario que el ministro debe dimitir. “No podemos proteger más a Tanaka”, advirtió por su parte un allegado del primer ministro citado por Yomiuri.

Los yakuza no están prohibidos oficialmente en Japón pero, como las mafias italianas o las tríadas chinas, están implicados en narcotráfico, prostitución, usura, extorsión y corrupción.

Tanaka no pudo asistir este viernes al consejo de ministros por “motivos de salud”, declaró el portavoz del Gobierno sin más precisiones. Medios de comunicación aseguraban que fue hospitalizado.