La tasa de morosidad de los créditos de la banca española, que se beneficia de un plan de ayuda europeo, registró en agosto un nuevo récord histórico, con más de uno de cada diez créditos susceptibles de no ser reembolsados, según datos publicados el jueves por el Banco de España.

La morosidad, principalmente de préstamos inmobiliarios susceptibles de no ser devueltos, se situaba en agosto en los 178.579 millones de euros, equivalentes al 10,51% del total, su nivel más alto desde el inicio de la serie estadística en 1962.

Este nuevo récord confirma el deterioro del sector financiero español, que preocupa a los inversores y a los socios europeos de España, lo cual ha llevado a la zona euro a aprobar en junio un plan de ayuda al sector de un máximo de 100.000 millones de euros.

Según las cifras revisadas del Banco de España, la tasa de morosidad ya había superado el 10% en julio, hasta el 10,09%, después de romper en junio el récord de 1994 (9,15%) al situarse en el 9,65% del total de créditos, frente al 8,96% en mayo y el 8,72% en abril.

El sector de la construcción, durante un tiempo motor del crecimiento español, se detuvo bruscamente en 2008, en el momento en que estallaba la crisis internacional.

El estallido de la burbuja inmobiliaria arrastró a una gran parte de la economía en su caída y ha desestabilizado fuertemente al sector financiero.

La asfixia de los bancos, que se financian a duras penas en los mercados, paraliza también a la economía real. El volumen de los créditos acordados por los bancos no han dejado de caer desde 2009.

Una auditoría supervisada por el gabinete estadounidense Oliver Wyman evaluó en 59.300 millones de euros las necesidades de los bancos españoles con dificultades, cuando el gobierno prevé un pedido de ayuda de unos 40.000 millones de euros.