Los candidatos a la presidencia estadounidense, Barack Obama y Mitt Romney, intercambiaban vivos ataques el martes al inicio del segundo debate televisado, interrumpiéndose y acusándose mutuamente de mentir en temas económicos y energéticos.

Obama acusó a su adversario republicano de sólo querer favorecer a los estadounidenses más ricos.

“El gobernador Romney dice que tiene un programa con cinco puntos, no tiene un programa de cinco puntos, su programa se resume en uno: asegurarse de que los más ricos puedan jugar con reglas diferentes”, sentenció el mandatario.

“Esa fue su filosofía en el sector privado, esa fue su filosofía como gobernador y esa ha sido su filosofía como candidato presidencial”, atacó Obama.

En el campo de la política energética, el contendiente republicano insistió en tener la última palabra sobre la cuestión, después de que Obama interrumpiera su respuesta para afirmar: “Eso no es verdad, gobernador Romney”.

Los candidatos chocaron también sobre los impuestos, sobre los que Obama acusó a su rival de buscar recortarlos sólo para los más ricos, mientras que Romney insistió en que sus planes de descender en un 20% las tasas beneficiarán principalmente a la clase media.

El candidato demócrata, con corbata roja, y el ex gobernador de Massachusetts, vistiendo una azul a rayas, se encontraron a las 21H00 locales (01H00 GMT del miércoles) en la universidad Hofstra en Hempstead (estado de Nueva York, este) para este debate de 90 minutos durante el que responderán a las preguntas procedentes de un grupo de 82 electores indecisos y no de la moderadora, Candy Crowley, periodista de la cadena CNN.

El primer encuentro entre los candidatos a la Casa Blanca, el 3 de octubre, presentó un Romney ofensivo lo que le provocó un gran salto en las encuestas, a punto de sobrepasar a Obama en las intenciones de voto.

Para este segundo debate toda la presión está sobre el mandatario demócrata, que debe revertir su pobre presentación anterior.