Los dirigentes europeos se reúnen este jueves en Bruselas para reforzar la unión monetaria y corregir los desequilibrios de los países de la zona euro, en medio de algunas señales positivas en Grecia y con los mercados dando por sentado que España pronto pedirá ayuda financiera.

A medio camino entre la cumbre de junio y diciembre, la cita de este jueves entre los 27 jefes de Estado y de gobierno de la Unión Europea (UE) busca definir los pilares en que se apoyará este proyecto de refundación de la zona euro, con las dosis exactas de disciplina y solidaridad para corregir los graves desequilibrios entre el sur y norte europeos.

Si bien Grecia y España no están en la agenda, los dirigentes probablemente aprovecharán la reunión para evaluar “claros” avances en estos países, que durante meses hicieron tambalear la unión monetaria.

“No habrá una decisión en la cumbre” sobre un eventual rescate a España, dijo una fuente francesa. “Pero debemos aclarar cuáles serían las condiciones asociadas” a una posible solicitud de ayuda, añadió.

“En (la cumbre de) junio dijimos que estarían vinculadas a las recomendaciones de la Comisión Europea”. Pero eso ahora no está tan claro, precisó.

Tras obtener en junio pasado de sus socios de la Eurozona un crédito de hasta 100.000 millones de euros para recapitalizar los bancos, el gobierno de Mariano Rajoy se resiste a pedir un rescate más amplio para su economía, temiendo la imposición de nuevas condiciones que reaviven un creciente descontento social por los recortes en servicios básicos, como la sanidad y la educación.

Los mercados han mostrado cierta euforia al dar por sentado que España pedirá ayuda al fondo de rescate europeo conocido como Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), activando así el programa del Banco Central Europeo (BCE) de compra bonos en el mercado secundario.

Incluso la agencia calificadora Moody’s anunció que mantiene la nota de la deuda soberana española en la categoría de inversión Baa3 y justificó su decisión en la intención del BCE de comprar deuda soberana de los países amenazados. Aún así, la agencia asignó una perspectiva negativa a España y dejó la nota a un sólo nivel de caer en bono basura.

Si bien la troika de acreedores (UE, BCE y Fondo Monetario Internacional) no han terminado su evaluación en Grecia, durante la cumbre habrá con seguridad muchos elogios al gobierno de Atenas.

“Hemos visto un cambio gigantesco”, dijo una fuente europea.

Así los europeos dejarán abiertas las puertas a un posible desbloqueo del tramo de 31.500 millones de euros de ayuda para el país, pendiente desde junio, y a un plazo adicional de dos años para cumplir con los objetivos de déficit.

“Los griegos parecen haber tomado el toro por las astas. Todo el mundo lo reconoce, hasta la misma (canciller alemana, Angela) Merkel”, dijo la fuente europea.

Sin embargo, la austeridad en Grecia provoca cada vez más malestar e indignación social, ante un desempleo que alcanza casi un cuarto de su población activa.

En el rediseño de la zona euro, uno de los puntos más controvertidos es la idea de una recapitalización bancaria directa, y la posibilidad de que se haga retroactivamente como quiere España.

Incluso Madrid cree que se avanzará con “cierta rapidez” hacia la recapitalización directa de sus bancos, afirmó el lunes el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo.

Pero ese mismo día Alemania dejó claro que de eso nada. Para que haya una recapitalización directa debe haber un supervisor único para la zona euro, bajo la égida del BCE. Y Berlín insiste en que ese supervisor no entrará en vigor hasta 2014.

Bruselas propone que el BCE controle a los 6.000 bancos de la zona euro, pero Berlín se resiste a que la institución presidida por Mario Draghi supervise a sus bancos regionales y prefiere que éste se limite únicamente a los bancos sistémicos, es decir a los que son demasiado grandes para quebrar.

Habrá sin duda más de un desencuentro. El presidente de la UE, Herman Van Rompuy, quiere relanzar el debate sobre la mutualización común de la deuda, emitiendo letras europeas (Treasury bills) “a corto plazo” y “bajo ciertas condiciones”.

Sin embargo, Berlín ha dicho “Nein”. “Pueden llamarlos +eurobills+, +fondos de redención de deuda+ o +eurobonos+. Este tipo de emisión de deuda común no se hará durante nuestro gobierno”, remató un ministro alemán.