Tradicionalmente, las fuentes de agua bendita que se encuentran en los templos se asocian a la vida y la gracia espiritual. Sin embargo, un estudio científico reveló que la gran mayoría de estas albergan patógenos capaces de causar graves enfermedades a los seres humanos.

La investigación, recién difundida ahora por los internautas, data de 2002 y fue liderada por un equipo del Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Sevilla, quienes tomaron muestras del agua bendecida que se encuentra en los principales templos de la zona, incluyendo los del Gran Poder, la Macarena y El Salvador.

“Las fuentes de agua bendita de iglesias de Sevilla presentan una alta contaminación bacteriana. Bacterias coliformes, enterobacterias y otras bacterias patógenas están representadas en las pilas muestreadas”, indicaron los integrantes del equipo científico, conformado por Valme Jurado, A. Ortiz-Martínez, M. González del Valle, B. Hermosín y Cesáreo Saiz-Jiménez.

Según explican, los géneros más abundantes son los pseudomonas y bacillus, seguidos de staphylococcus, sphingobacterium y delftia. De ellos, los staphylococcus, streptococcus, acinetobacter, pseudomonas y otros similares están relacionados precisamente con la piel, ya que requieren de nutrientes orgánicos que allí se encuentran para sobrevivir.

El punto más preocupante, sin embargo, es que 29 de las 37 especies de microbios encontradas son de patógenos humanos, que pueden provocar enfermedades tales como peritonitis, endocarditis, úlcera de córnea o fibrosis quística, además de estar implicadas en otras afecciones como la septicemia, abcesos, osteomielitis, meningitis, diarrea aguda o bacteremia.

“Hay una recontaminación sistemática; algunas bacterias son patógenas oportunistas o secundarias. No lo son en condiciones normales, pero sí en condiciones como defensas bajas, inmunodeprimidos, quemados o infecciosos. Desde el punto de vista microbiológico, las fuentes dejan mucho que desear. El estudio se ha enviado al arzobispado, porque el agua bendita debería renovarse o añadírsele un agente antimicrobiano”, indicaron los investigadores al diario ABC de Sevilla.

“Las fuentes de agua bendita representan un riesgo potencial de infecciones y enfermedades que pueden producirse por inoculación directa en los ojos, nariz o boca por contacto con los dedos”, concluyen.