El partido internacional que enfrenta este viernes a Bielorrusia contra España, de clasificación para el Mundial-2014, no está siendo transmitido por televisión al no haberse encontrado un comprador, un hecho rarísimo en la historia de la Roja.

En un contexto de fuerte crisis económica en el país, que también afecta a las cadenas de televisión, las exigencias económicas de la empresa alemana Sportfive, poseedora de los derechos del partido, fueron muy elevadas para los canales españoles.

Según el diario El País, Sportfive comenzó pidiendo tres millones de euros por la transmisión del partido y fue rebajando la oferta hasta los 800.000 euros, aunque no encontró finalmente comprador.

Consultadas el martes por la AFP, la cadena Telecinco, que transmitió el último partido Georgia-España (1-0 para la Roja), y la televisión pública TVE aseguraron que no iban a ofrecer el encuentro por falta de presupuesto.

“El coste (de retransmisión del Bielorrusia-España) que se pide actualmente no corresponde a los criterios de rentabilidad de la cadena”, explicó por ejemplo un portavoz del grupo Mediaset, propietario de Telecinco.

Más insólito aún, las emisoras de radio tampoco entraron al partido, ya que se negaron a pagar los 25.000 euros que reclamaba Sportfive a cada una de ellas y sus enviados especiales están transmitiendo el partido desde sus habitaciones de hotel, siguiendo las imágenes de la televisión bielorrusa, como lo muestra esta imagen de los enviados especiales de la Cadena Cope.

Juanma Castaño | @juanmacastano en Twitter

En la historia de la Roja, sólo existe un precedente de un partido que no se emitió: fue en 1983, un Malta-España, pero no por cuestiones económicas, sino técnicas.

Una delegación especial de TVE realizó un viaje de ida y vuelta a Malta para grabar el partido y emitirlo en España con cuatro horas de diferencia.