Sernapesca sigue su investigación en Laraquete donde buzos mariscadores denunciaron la muerte de prácticamente todo el cultivo de choritos que mantenían gracias a un programa experimental con apoyo técnico de la Universidad de Concepción.

El encargado de la oficina del Servicio Nacional de Pesca en Coronel, Juan Carlos Flores, estuvo ayer en el lugar, y hoy volvieron para tomar muestras del agua y de algunos ejemplares vivos y muertos, a objeto de efectuar los análisis en laboratorio.

Flores dijo que no era posible, con una primera impresión, elaborar una teoría acerca de lo que provocó la mortandad del chorito araucano.

Según los buzos, en el centro de cultivo había cerca de 10 toneladas de chorito araucano, gran parte del cual se perdió. Laraquete fue una de las tres caletas seleccionadas para un proyecto desarrollado por Innova-Corfo tras el terremoto y a cargo de la Universidad de Concepción.

El profesor de esta casa de estudios, Eduardo Tarifeño, condujo la iniciativa y preocupado por lo ocurrido con los choritos, viajó también hoy a la zona para averiguar en terreno qué fue lo que pasó.

El proyecto ya había dado excelentes resultados, confirmándose una abundante presencia del choro araucano en las costas locales, y excelentes condiciones para su incorporación como una nueva especie de cultivo para la región.

Según había destacado el propio Tarifeño, este recurso podría convertirse en un recurso emblemático y elemento de identidad para la región, comprobándose que tardaba sólo seis meses en obtener la talla comercial, la mitad del tiempo que toma en los cultivos de chorito en Chiloé.