He escrito dos artículos referentes al docureality de Las Argandoñas, donde he expuesto, principalmente, su contenido, que no se produce con fondos de todos los chilenos y una serie de comentarios donde explico el considerable rechazo de la gente. Hoy me basaré en otros aspectos que tienen relación sobre la emisión de este tipo de programas con escaso aporte para la teleaudiencia.

Con preocupación, y a la vez, indignación, veo que esta tendencia viene en alza. Siguen la huella de las Argandoñas, la panelista de Mega Patricia Maldonado, canal donde pretende sacarlo al aire, y Anita Alvarado, aún sin casa televisiva.

Ya hemos dicho que son impresentables las grandes sumas en honorarios para sus protagonistas, como también los altísimos costos de producción, pero que estos son autofinanciados con la venta de publicidad.

Mañana martes 09 de octubre, a las 23.15 horas aproximadamente, en el canal de todos los chilenos (TVN), sería el estreno de Las Argandoñas, cuya historia está basada en la vida diaria de la ambiciosa opinóloga del matinal Buenos Días a Todos.

En las redes sociales, he visto un amplio rechazo a la emisión de este espacio, pero como el chileno tiene una tendencia a ser bipolar, no me extrañaría que tuviera una alta sintonía, y por consiguiente, ello significaría darle el favor a Raquel Argandoña, y tiraría por la borda, los negativos comentarios de los mismos televidentes.

No es novedad que la oferta de las parrillas programáticas de los distintos canales de televisión chilena tengan un alto porcentaje de producción, con contenidos que no aportan a la sociedad, pero que sí les deja altos dividendos económicos.

La farándula chilena se ha tomado espacios diarios considerables, lo que explica lo expuesto en mis notas anteriores, es decir, una TV cada día con menos aporte, pero un excelente negocio.

No sé qué puede tener de interesante, atractivo y motivante, conocer ante las cámaras, una lujosa vida de Raquel Argandoña, el día a día de Patricia Maldonado y de Anita Alvarado. Lo que sí es claro, es que a los tres personajes en cuestión, sólo les interesa a cambio los millonarios ingresos.

Pareciera que la normativa del Consejo Nacional de Televisión, que obliga a estos medios a la exhibición de una hora a la semana de programación cultural, en horario de alta audiencia, fuera una tortura, donde los ejecutivos intentan justificar con espacios de bailes, canto y cualquier tontera la norma del ente regulador.

Se extraña ver producciones de excelencia que dejaban enseñanza a la gente, como era Maravillozoo (Canal 13), el Show de los Libros (TVN), la serie Mundo de la década de los 80, y tantos más que se quedan en el tintero. 

Para mí, sería fantástico que algún canal de TV abierta, en vez de dar pantalla a docureality de un contenido tan desechable, emitiera un espacio de varios capítulos de investigación y denuncia sobre la pedofilia.

Son tantos los casos existentes, que es necesario saber el por qué cada día se descubren más abusos sexuales contra menores de edad. Los ejemplos más actuales, provienen del obispo de Iquique y sacerdotes de la Iglesia Católica, de personal de establecimientos educacionales, jardines infantiles y otros más.

No basta con 5 minutos en los noticiarios. La pedofilia es un tema país, donde varios de los inculpados, como es el caso del cura Karadima, se callan y son silenciados no sólo por la Iglesia, sino que también por poderosos grupos empresariales.

Se necesita hacer público, desenmascarar y hacer seguimiento a lo que dictamina la justicia, y qué mejor para ello, que un ciclo de reportajes sobre el tema, en un medio de prensa, tan masivo como la televisión abierta y en un horario prime.

En conclusión, lo que quiero es dejar en evidencia con estos ejemplos, es que los chilenos estamos frente a una calidad algo deficiente frente a lo que nos ofrece estos medios de comunicación.

Y por lo que observo, veo difícil que esta situación cambie si los ejecutivos de los distintos canales no escatiman esfuerzos en poner en pantalla estos deplorables tipos de docureality. Ojalá que en algún minuto se dé más espacio a la cultura, a la enseñanza y a la investigación.

Víctor Huidobro es periodista. Vive en Santiago y escribe regularmente en su blog El Nada Serio. Tiene su cuenta de Twitter en @elnadaserio.