Diferencias entre la familia de Miguel Enríquez y diversas facciones del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, MIR, frustraron el traslado de los restos del líder y fundador de esa desaparecida fuerza política.

La actividad había sido convocada para hoy por la Casa de Miguel-Red Solidaria y la idea era llevarlo a la tumba de otro de los dirigentes históricos de ese movimiento, Luciano Cruz. Ambos están en el Cementerio General y la sepultura de este último ha sido definida por el el grupo organizador como Memorial del MIR.

Sin embargo, el acto no se realizó porque no contaba con la autorización de la familia de Enríquez. Además y es motivo de una disputa entre dos sectores de antiguos militantes de la colectividad.

En un comunicado, el grupo Miristas Por la Memoria señaló que su extinto líder “perteneció a esa pléyade de jóvenes que despreció el personalismo y los honores fatuos por considerarlo ajeno a la cultura revolucionaria”.

Consideró que la frustrada actividad programada por la Casa de Miguel-Red Solidaria era una falta de respeto a la familia por parte -según su parecer- de algunos que buscan reinstalarse en la política contingente.

“Rechazamos su falsa pretensión de ser los poseedores de la memoria del MIR. Esta se comenzó a escribir mucho antes que estos personajes llegaran a Chile y se interesaran por la memoria”, señaló el grupo.

El acto estaba programado para las 11 horas de hoy y en la convocatoria se manifestaba que el significado del memorial en la tuma de Luciano Cruz responde a los problemas permanentes de desamparo en el que estaban y están muchos de los miristas fallecidos.

“Este memorial se construyó en la tumba del compañero Luciano Cruz, adquirida por la Comisión Política de nuestro partido para acoger a un revolucionario, en los próximos días…a Miguel Enríquez”, precisaba la invitación extendida por la Casa de Miguel Red Solidaria.

Carmen Castillo, pareja de Enríquez y quien se encontraba junto a él cuando fue abatido, señaló que la iniciativa apunta a crear un lugar de descanso abierto a todos aquellos militantes del MIR que lo deseen.

“Creo que será bello reunirnos para recordar su sonrisa y su mirada, sus manos y su rostro, teniendo claro que sus ideas circulan sin descanso y libremente entre el cielo y la tierra”, afirmó durante la semana.

Miguel Enríquez cayó abatido el 5 de octubre de 1974, tras enfrentarse a agentes de la dictadura en un inmueble de la comuna de San Miguel.

En sus inicios, el dirigente político militó en el Partido Socialista y en agosto de 1965 fundó el MIR en el denominado Congreso de Unidad Revolucionaria.