El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, apareció el jueves por primera vez desde su operación de cáncer de próstata y dijo que “todo ha salido muy bien”, mientras su vicepresidente y eventual reemplazo, Angelino Garzón, mantiene una polémica con congresistas por su propio estado de salud.

A 24 horas de su cirugía, Santos decidió asomarse por una ventana de la clínica Santa Fe de Bogotá para establecer un breve diálogo con los periodistas, a quienes comentó sonriente que “todo ha salido muy bien”.

“Me estoy recuperando bien, afortunadamente”, añadió el mandatario, quien volvió a agradecer los mensajes de apoyo que ha recibido desde que el lunes anunciara sorpresivamente que sufría un pequeño tumor cancerígeno de próstata.

Santos también dijo que en las últimas horas recibió una llamada del presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, para desearle una pronta recuperación.

El más reciente parte médico, difundido en la mañana del jueves, reiteró la evolución favorable de Santos.

“El paciente está activo y presenta signos vitales estables. De acuerdo con el plan de recuperación, continuará bajo cuidado hospitalario el día de hoy”, indicó un comunicado del equipo médico que atiende al mandatario.

Santos se alimenta por vía oral y ha caminado, precisó su urólogo Felipe Gómez. “Presenta las molestias propias de la operación, pero el dolor está controlado”, aseguró el doctor.

Juan Manuel Santos, de 61 años, es el quinto gobernante o expresidente latinoamericano enfermo de cáncer en los últimos años.

Se espera que el mandatario colombiano permanezca hospitalizado durante dos o tres días para luego completar la convalecencia en su residencia de Bogotá.

El periodo de gobierno de Santos se extiende hasta agosto de 2014. El mandatario no delegó sus funciones ante esta cirugía, para la cual sólo se le aplicó anestesia local.

El vicepresidente de Colombia, Angelino Garzón, quien debe sustituir a Santos en caso de ausencia temporal o definitiva, también visitó al presidente este jueves apenas unas horas antes de que recibiera a una comisión médica que debía examinarle.

La revisión fue solicitada por el Senado colombiano para establecer si Garzón, quien se recupera de problemas motrices derivados de un accidente cerebrovascular en junio, mantiene las facultades físicas necesarias para el cargo.

A pesar de haber manifestado su conformidad con el examen, Garzón decidió finalmente no someterse a él argumentando que hubiera sido un cuestionamiento a la capacidad del presidente para mantenerse en ejercicio.

“Prestarme en este momento para este tipo de exámenes es prestarme a un golpe de Estado a la democracia colombiana (…) El Presidente está ejerciendo en este momento, lo que es una cosa admirable, y por ello no es procedente”, subrayó Garzón en una rueda de prensa.

Garzón ha reconocido que sufre problemas de motricidad pero advierte que, aunque no logre recuperarse del todo, igualmente podría continuar en el cargo e incluso, aunque no lo desea, asumir la presidencia si fuera necesario.

En el último año, Santos ha tenido discrepancias políticas con Garzón, quien ha sido señalado por acercamientos con el expresidente Álvaro Uribe (2002-2010), actualmente uno de los principales críticos del gobierno.

Simón Gaviria, presidente de la Cámara de Representantes y del Partido Liberal (que integra la coalición oficialista), pidió este jueves que no se “hostigue” a Garzón por sus problemas de salud y aseguró que detrás del examen médico no se encuentra una intención del gobierno en retirarlo del cargo.