El príncipe Carlos, heredero de la corona británica, recibió 552.000 libras esterlinas ($420 millones en moneda chilena) en 2011-2012 como beneficiario de personas fallecidas en su condado de Cornouailles sin testamento ni herederos, según cuentas oficiales.

Debido a una norma que remonta al medioevo, denominada de “bona vacantia” (de bienes disponibles), la propiedad de bienes sin reclamar que pertenecían a un difunto del Cornualles (sudoeste de Inglaterra) se traspasa automáticamente al ducado, cuyo actual titular es el príncipe Carlos.

En el año fiscal que concluyó el 31 de marzo de 2012, ese ducado recibió 552.000 libras.

La casi totalidad de la suma (450.000 libras) fue distribuida entre organizaciones de caridad y una parte se conservó en caso de reclamos, de acuerdo con las cuentas oficiales del ducado.

Desde 2006, Cornualles recibió un millón de libras gracias al principio de “bona vacantia”, indica la prensa británica.

En Gran Bretaña, los bienes dejados por personas sin herederos que no dejaron testamentos son otorgados al Estado, exceptuando los de los ducados de Cornouailles y Lancaster, que se atribuyen al príncipe Carlos y a la reina Isabel II respectivamente.