Un tribunal israelí acusó este jueves a un árabe israelí de espionaje al servicio del Hezbolá chiita libanés y le consideró sospechoso de proporcionar información sobre los desplazamientos del presidente Shimon Peres, anunció el servicio de seguridad interior.

Milad Mohamad Jatib, del pueblo de Majdal Krum, en el norte de Israel, está acusado de espionaje, contacto con un agente enemigo, asistencia al enemigo en tiempos de guerra y complot para ayudar al enemigo, precisó el Shin Beth en un comunicado.

El acusado, detenido en septiembre, confesó durante los interrogatorios haber sido reclutado en 2009 por un libanés que vivía en Dinamarca, Burhan Jatib, que le dio órdenes de reunir información sobre la ubicación y el funcionamiento de las bases militares israelíes, los depósitos y las fábricas de armas, afirmó el Shin Beth.

“Además, se le solicitó proporcionar información sobre responsables políticos y otras personalidades públicas, con especial atención a su dispositivo de seguridad y a los detalles de sus vehículos”, subrayó.

“En una ocasión, Milad Jatib, recopiló información sobre el dispositivo de seguridad del presidente Shimon Peres durante una visita a Majdal Krum en agosto y planeaba transmitirla a su oficial”, según la misma fuente.

La comunidad de árabes israelíes, descendientes de los 160.000 palestinos que se quedaron en la zona tras la creación del Estado hebreo en 1948, cuenta en la actualidad con más de 1,3 millones de personas, es decir, un 20% de la población total de Israel.

Esta comunidad se siente víctima de discriminaciones, especialmente, en materia de empleo y alojamiento en las localidades judías.

Durante el verano de 2006, Israel llevó a cabo una guerra en Líbano contra el Hezbolá, en un conflicto que dejó más de 1.200 muertos del lado libanés y más de 160 en la parte israelí.