El candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Mitt Romney, lanzó una fuerte ofensiva contra el presidente Barack Obama y según algunos sondeos se alzó con la victoria en su primer debate cara a cara ante la nación.

A 33 días de las elecciones, Romney exhibió con contundencia sus argumentos económicos frente a un Obama que se mostró en ocasiones apurado, aunque también contraatacó describiendo a su rival como un partidario de los recortes de impuestos para los más ricos.

“El presidente tiene una visión muy similar a la que tenía cuando se presentó hace cuatro años: la de un gobierno más importante, con más impuestos, más regulaciones”, criticó Romney.

“¿Alguien cree que el gran problema que tuvimos es que había demasiado control y regulación de Wall Street? Si Ud lo cree, entonces el gobernador Romney es su candidato”, replicó Obama.

Romney atacó el balance de cuatro años de gobierno de Obama, que tildó de fracaso, y éste recordó en qué estado halló el país cuando llegó al poder, en 2009.

Una encuesta rápida de CNN, que retransmitió en directo como el resto de cadenas, mostró que un 67% de los televidentes adultos consideró que el republicano había ganado, frente al 25% que creían que era Obama.

Otro sondeo relámpago de CBS mostró una ventaja de dos a uno.

Obama defendió un “nuevo patriotismo económico”, Romney propuso más libertad económica y tratados comerciales, “particularmente con América Latina”, señaló.

Ambos coincidieron sin embargo en disputarse un tema clave: la reducción de impuestos para intentar relanzar la economía.

Obama se burló de su rival republicano, quien había presentado un plan de recortes generalizados, para todas las clases sociales.

“Durante 18 meses ha estado hablando de su plan de recortes fiscales y ahora, a cinco semanas de las elecciones, dice que su gran idea ‘no importa’”, argumentó Obama, en alusión a la falta de detalles.

Obama considera imposible cuadrar las cuentas públicas sin subir impuestos a los más ricos.

Romney había dicho poco antes que su plan no implicaba recortes para esa clase acomodada, uno de los puntos que provocan polémica entre los votantes, según los sondeos.

El republicano negó repetidamente además que sus planes fueran a aumentar el déficit presupuestario de Estados Unidos.

“Prácticamente todo lo que ha dicho (Obama) sobre mi plan fiscal es inexacto”, aseguró, negando la acusación del mandatario según la cual el equipo republicano pide un recorte fiscal de 5 billones de dólares y un aumento del gasto militar.

El programa republicano significa la destrucción “de nuestras inversiones en escuelas y educación”, añadió Obama.

“Yo no quiero tomar el rumbo de España”, dijo Romney, al debatir su propuesta de política fiscal.

Distendidos al principio, ambos candidatos se enzarzaron rápidamente en acusaciones directas, aunque sin perder la compostura.

Pero Obama lucía más tenso a medida que Romney acumulaba los ataques, en ocasiones saltándose el turno, aunque el minutaje final le dio algo menos de 4 minutos de ventaja al presidente en tiempo usado.

El debate de 90 minutos, centrado exclusivamente en temas internos, se celebró en el auditorio de la Universidad de Denver (Colorado, oeste), televisado a toda la nación.

Obama, de 51 años, llegó al debate con una estrecha ventaja frente al ex gobernador Romney, de 65 años, según los sondeos.

Una encuesta realizada por The Wall Street Journal y la cadena de noticias NBC News dan a Obama una intención de voto de entre 46 y 49%, en consonancia con un sondeo realizado por la página especializada RealClearPolitics.com, que muestra una ventaja de 3,5 puntos para el líder demócrata.

El tema de la cobertura sanitaria también provocó choques.

“Cuando (la reforma sanitaria) Obamacare sea implementada, podremos mostrar que los costes bajan” para la población, dijo el presidente al defender su más preciada iniciativa legislativa.

“En mi opinión, el gobierno no es efectivo a la hora de rebajar costes de casi nada”, contraatacó Romney.

El republicano acusó a Obama de financiar su ambiciosa reforma sanitaria, que debe entrar en vigor en 2014, sustrayendo dinero de los actuales programas públicos.

Obama vaticinó a Romney el fracaso si su deseo es abolir la reforma en caso de llegar al poder.

“Lo que estoy proponiendo para los próximos cuatro años (…) está diseñado para aseguranos de que el pueblo estadounidense tenga una oportunidad para triunfar”, aseguró Obama al cerrar su intervención.

“Es una elección sobre el rumbo de Estados Unidos: qué clase de Estados Unidos quieres para ti y para tus hijos”, concluyó por su parte Romney.

El próximo debate entre ambos tendrá lugar el 16 de octubre.

¿Qué dijeron los analistas?

“No creo que quepa la menor duda: Romney ganó”, explicó G. Terry Madonna, director del Centro de Política y Asuntos Públicos de la universidad Franklin y Marshall, un experto que ha supervisado elecciones desde 1960.

Una encuesta rápida de CNN, que retransmitió en directo como el resto de las cadenas, mostró que un 67% de los televidentes adultos consideró que el republicano había ganado, frente al 25% que creían que había sido Obama.

Otro sondeo relámpago de CBS mostró una ventaja de dos a uno. “El presidente no estaba en forma esta noche”, dijo Madonna.

Romney fue más tenaz, pero sin abandonar el tono cortés, “sin ser obstinado o provocativo, o combativo”, consideró este experto, que no tildó sin embargo el debate de “gran victoria”.

Romney está por detrás en todas las encuestas a nivel nacional, y necesitaba demostrar que estaba preparado para debatir y ganar.

Obama cree como hace cuatro años que “un gobierno más grande, que gaste más, que aumente los impuestos, que regule más el trabajo”, funcionará, dijo Romney.

“Esa no es la respuesta adecuada para Estados Unidos. Volveré a restaurar la vitalidad que hará que Estados Unidos siga adelante”, aseguró el republicano.

Obama pareció frustrarse rápidamente.

“No le dio tiempo a golpear duro a Romney con el ejemplo del 47%”, añadió Clyde Wilcox, profesora de gestión gubernamental de la universidad de Georgetown.

Thomas Mann, otro experto del instituto Brookings, aseguró que la decisión de Obama de no entrarle a Romney con ese comentario del 47% “fue una sorpresa”.

“Los liberales (de izquierda) querían más sangre pero Obama no la sacó de Romney”, añadió.

Romney señaló hace meses en un acto privado con donantes que su misión ante el electorado era convencer de que su plan era mejor, aunque tuviera por delante “al 47%” que sólo esperaba ayudas del gobierno.

El equipo de Romney no dudó tampoco en declararse ganador.

“Si esto hubiera sido un combate de boxeo, se hubiera terminado a la hora de empezar”, aseguró un consejero político de Romney, Eric Fhernstrom.

Incluso el estratega de la campaña Obama, David Axelrod, aceptó que fue Romney quien llevó la iniciativa.

“Lo que vimos esta noche fue lo que vimos durante las primarias, lo que significa que el gobernador Romney tiene muchas ganas de atacar”, explicó Acelrod en Denver.

Analistas sin embargo advertían que la ganancia no debería superar los márgenes de error de muchas encuestas.

Romney “tiene aún una larga lucha por delante” explicó Wilcox.

Aunque ganara en Virginia o quizás Florida, dos estados clave, Romney necesitaría aún Ohio y Wisconsin para alzarse con la victoria.

http://youtu.be/uCuoF_aOjJg