Que nunca debes ir a dormir enojada con tu media naranja, que deben tener al menos un día a la semana para salir juntos, que deben contarse absolutamente todo, son algunas de las “reglas de oro” que popularmente se atribuyen al buen funcionamiento de un matrimonio o relación de pareja.
Sin embargo, algunos expertos difieren con estas ideas y explican por qué es mejor pasarlas por alto. A continuación te contamos qué dicen los especialistas al respecto y qué debes hacer en lugar de seguir al pie de la letra estas “normas maritales”.
Primera regla a romper: Nunca se duerman enojados
Definitivamente, el mejor momento para discutir no es cuando estás cansado y de mal humor. “La subida de la adrenalina pura de una pelea puede conducir a buscar más y más de lo mismo”, dice Joy Davidson, Ph.D. y terapeuta de parejas neoyorquimo.
Él asegura que el cerebro puede llegar a un punto en que es incapaz de procesar lógicamente y la emoción se apodera del individuo. “Ahí es cuando te apresuras y empiezas a gritar ‘¡Quiero el divorcio!’ (o ¡terminemos!)”, añadió.
Por ello, el especialista recomienda establecer límites de tiempo para los argumentos en una discusión. Al igual que cuando estás en una terapia de pareja, cada uno tendrá la misma cantidad de minutos para expresar su punto de vista. Él explica que de esta forma poco a poco comienzas a escuchar y calmarte.
Otra opción, es esperar a la mañana siguiente, cuando ambos estén descansados y calmados.
Segunda regla a romper: Tener un día a la semana para ir a bailar o cenar
Se suele fomentar el salir a cenar o bailar una vez por semana con la pareja para no caer en la rutina. Sin embargo, lo cierto es que llevarlo a la práctica no sólo puede ser caro, sino que también estresante, pues planear un panorama nuevo cada 7 días no es fácil, sobre todo si tienes hijos y debes encargárselos a alguien o pagar una niñera.
La solución, según Marci Fox, Ph.D y psicóloga de Florida (EEUU), es hacer cosas juntos en casa también. Por ejemplo, después de que los niños se van a dormir, puedes ver una película abrazada a tu pareja, preparar algo rico para comer, compartir juegos de mesa, beber algún aperitivo o contemplar la noche desde el patio, balcón o entrada de tu casa.
Tercera regla a romper: Debemos contarnos todo
Si bien la honestidad es muy importante en la relación, eso no significa que debas contar absolutamente todo a tu pareja. Por ejemplo, no es necesario que le cuentes cada vez que debes depilarte, las conversaciones íntimas con tus amigas, todos los hombres guapos que viste en el día o alguna situación que lo acompleje o preocupe innecesariamente.
Sallie Foley, directora del programa de Salud Sexual Certificada de la Universidad de Michigan, propone preguntarse antes de contar algo “¿Lo que voy a decir va a atormentarme? ¿Me hará sentir culpa o él sentirá culpa? ¿Esto va a hacer que mi pareja se sienta bien o mal acerca de sí mismo?”
“La honestidad es buena, pero no cuando causa dolor innecesario a otra persona”, dice Foley.
Cuarta regla a romper: Si no duermen todos los días en la misma cama, pueden haber problemas
Muchas veces, dormir acurrucado con la pareja es lo ideal. Sin embargo, cuando dos personas tienen hábitos de sueño muy diferentes, la noche puede volverse muy incómoda e incluso molesta.
Puede que a uno le guste dormir muy tarde (porque también se levanta más tarde) y el otro deba trabajar temprano. O, uno ronque y se mueva mucho durante la madrugada y eso despierte innumerables veces a su cónyuge. Por ello, debes pensar si es que estás sacrificando horas de sueño sólo por sentir que tienes que dormir con tu pareja, ya que puede a futuro traiga consecuencias físicas, mentales y hasta emocionales.
Davidson propone que uno de los dos duerma en otra cama si es el caso, sin culpa. Eso no quiere decir que estén distanciados.
Quinta regla a romper: Debe ser tu alma gemela
Si nuestra pareja pensara igual a nosotros, sería más fácil tomar decisiones, pero también sería aburrido. Debes tener en cuenta que tú y tu pareja son personas diferentes, con distintas visiones de la vida, por lo tanto, no puedes estar de acuerdo en todo. “La gente confunde armonía con acuerdo total”, señala Foley.
El especialista indica que las grandes decisiones requieren compromiso y colaboración. Es necesario que ambos se tomen el tiempo para hablar de ello, reúnan la mayor cantidad de información posible al respecto y traten de llegar a un consenso con el que los dos puedan convivir.