Buenos Aires, Argentina. Tuvo su estreno en esta capital, el filme ganador del Festival de Cine Fantástico de Porto Alegre y del Internacional de Nueva York, una película que refleja el submundo, nunca mejor expresado, de un grupo de desheredados que quedaron bajo tierra condenados a arrastrarse por túneles en donde los techos son tan bajos que nadie puede estar de pie nunca y se alimentan de las sobras de la sociedad de la superficie.

El protagonista principal es Lautaro Delgado (“Caño dorado”, “Francia”) cuyo personaje es apodado El Topo, hijo del líder de la resistencia, que tiene el fetiche de espiar lo que ocurre arriba en el Instituto de Danza. Gracias a las conspiraciones del padre se entera de la llegada de un nuevo alumno, Amadeo, y planea un secuestro para ocupar su lugar.

“Topos” es una película inusual, de difícil comparación con otras producciones del cine argentino, porque planea por sobre del concepto visual con personajes de por sí ambiguos pero con toques de humor relacionados con el después de una apocalipsis. Contaba el director que el film “bordea lo surreal y lo grotesco, creando una alegoría de la sociedad argentina, sus sombras, sus fantasías y sus pesadillas”.

El personaje de Lautaro Delgado fue en parte lo más complicado de conseguir ya que el actor tuvo que adaptarse a movimientos de arrastre. La gestualidad es la reina de la película y los diálogos son escasos. Actor y director ya rodaron un cortometraje hace ocho años y a partir de ahí surgió la propuesta de lanzarse a la aventura de un largo.

“Topos” habla del ser humano y de sus propias miserias, de como se puede ser bueno o se puede ser malo casi al mismo tiempo. Delgado tomó clases del coreógrafo y bailarín Pablo Rottemberg para desenvolverse con eficacia en las escenas de “Topos”, una historia que luego de estudiar el guión tomó forma, según explicó, de cómic de Oesterheld en su mente para esquematizar el desarrollo de la historia que tiene una carga de crítica de la sociedad en la que vivimos.

La cinta, es una mezcla de pasado y futuro. En la superficie parece gobernar una dictadura cívico militar, la ambientación parece de los años cuarenta o cincuenta y el subsuelo parece estar mucho más avanzado en el tiempo. La película tuvo en realidad dos estrenos paralelos. A partir del 11 de septiembre se está exhibiendo en Full HD en distintos Centros Culturales de capital durante septiembre y octubre y luego pasará a locales del conurbano e interior. La idea es iniciar estos actos con una banda de música, proyección del film y posterior coloquio con director y protagonistas.

Desde el 13 de septiembre también se proyecta en salas cinematográficas convencionales de Buenos Aires.