Al que nunca le haya pasado, que lance la primera… eh… bueno.

Aún cuando puedan ser vergonzosos, los lapsus mentales no sólo son errores frecuentes, sino que son más comunes de lo que pensamos. Algo que no debería preocuparnos, salvo en ciertos casos donde los factores de riesgo pueden ser el indicio de un mal mayor.

Para la mayoría de la población, olvidarse de la idea que uno estaba a punto de mencionar, decir algo cuando en realidad se quería decir otra cosa o incluso volver a casa sin hacer lo que se había salido a realizar, son situaciones normales cuyas consecuencias no irán más allá del bochorno.

De hecho, según un estudio conducido por la neuropsicóloga Maria Jonsdottir de la Universidad de Islandia, una persona puede sufrir hasta 30 lapsus a la semana, sin que la edad o el sexo influyan sobre los resultados.

“Hay pacientes que se preocupan porque tienen problemas con su memoria, están muy distraídos y cometen mucho errores. Pero es normal tener cierta cantidad de olvidos. Y estos resultados sirven para convencerlos de que no tienen nada malo”, indicó la investigadora a la BBC.

Tras examinar a 189 voluntarios, el mismo estudio encontró que la mayoría de estos deslices ocurrían los días laborales entre el mediodía y las 20 horas. Eso sí, quienes llevan vidas agitadas o están sometidos al estrés de forma permanente, tienen mayores posibilidades de caer en lapsus mentales.

Este mismo factor ha llevado a que los olvidos u errores de dicción sean cada vez más frecuentes en nuestra sociedad ya que, como explica Jonsdottir, actualmente las personas son presionadas a realizar más cosas durante lapsos de tiempo menores.

Adultos mayores: cuando los lapsus pueden ser indicio de problemas

Pero aún cuando sufrir lapsus mentales frecuentes no es motivo de alarma, en los adultos mayores es un signo que no se debe ignorar por completo. Esa es la conclusión de un estudio realizado por la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, el cual descubrió que las personas de la tercera edad que tienen olvidos o confusiones de forma regular, tienen hasta 4.6 veces más posibilidades de sufrir algún grado de demencia, e incluso la enfermedad de Alzheimer.

“Durante muchos años, la gente se tomó en broma los lapsus mentales o los incidentes en los que el pensamiento parece perderse temporalmente a ‘momentos de chochera’. Nunca ha estado claro si estos lapsus podrían llevar a desarrollar Alzheimer, pero demostramos claramente y por primera vez, que dichos episodios tienen más probabilidades de ocurrir en personas que están desarrollando enfermedad de Alzheimer”, indicó el líder de la investigación, el doctor James Galvin, según consigna el portal argentino de Medicina Geriátrica.

Eso sí, es importante aclarar que si bien un médico debería tener en consideración estos factores al momento de evaluar a un adulto mayor, no significa automáticamente que el paciente esté al borde de la demencia.

“Aunque estos lapsus o fluctuaciones no significan por sí mismos que alguien tenga enfermedad de Alzheimer, nuestros resultados sugieren que son algo que el médico debe tomar en cuenta si evalúa a la persona por problemas de pensamiento y memoria”, concluyó Galvin.

Juegos Mentales y Hierbas al rescate

Aunque sus consecuencias puedan parecer complejas, evitar o al menos reducir la cantidad de lapsus es una tarea no sólo sencilla, sino también divertida.

Según el doctor Raúl Arizaga, de la Federación Mundial de Neurología, ya sea que los problemas de memoria y concentración se deban al estrés o a razones genéticas, entrenarse con pequeños juegos mentales es de gran ayuda.

“Se pueden hacer muchas cosas en el hogar. Palabras cruzadas, Sudoku, tests de memoria en el que la persona tiene que recordar dónde está ubicada la pareja de una carta, e incluso leer el periódico y hacer un resumen de 10 noticias”, indica.

Finalmente, existen hierbas naturales que -si bien no corregirán el problema por sí mismas- contribuirán a la relajación y a enfocarse mejor. Entre ellas, el portal mexicano Hablemos de Salud cita a la salvia como un calmante natural, sobre todo en personas hipersensibles, y para fomentar la concentración. Otra hierba beneficiosa es el romero, conocido en su alivio del cansancio e incluso los dolores de cabeza. Sin embargo, se advierte que el romero debe consumirse en dosis no mayores a una taza al día, ya que una ingesta exagerada puede resultar tóxica.