Dirigentes estudiantiles estimaron una convocatoria cercana a las 180 mil personas las que participaron en las distintas marchas organizadas en las distintas ciudades del país, pese a que Carabineros cifró en 50 mil los manifestantes.

Pero más allá de la cantidad de personas, lo concreto es que los estudiantes terminaron más que satisfechos tras la jornada de movilización, principalmente porque no hubo mayores enfrentamientos con Carabineros.

El presidente de la Fech, Gabriel Boric, destacó la “clara señal de masividad y de poder de convocatoria” que se evidenció, junto con la señal de unidad que pretendieron dar con los secundarios y otras organizaciones gremiales que aprovecharon la coyuntura para expresar sus demandas propias, como el Colegio de Profesores.

En ese sentido, los líderes lograron acaparar la atención haciendo duros emplazamientos al ministro de Educación Harald Beyer, y al propio presidente Sebastián Piñera, para que se pronuncie acerca del lucro en la educación, la principal bandera de lucha de los estudiantes.

Sin embargo, desde el Ejecutivo sólo el titular de Educación recogió el guante, valorando la forma en que se realizó la marcha, en el sentido de que no hubo mayores actos de violencia, y sostuvo que el Gobierno ha recogido “varias de las demandas” del movimiento estudiantil y que está disponible para perfeccionar los proyectos en el Congreso Nacional.

El ministro vocero de Gobierno Andrés Chadwick, por su parte, en un principio también destacó lo “importante y significativo” de la movilización que hasta ese minuto se desarrollaba sin alteraciones del orden público, pero después tuvo que hacer una nueva vocería donde repudió los incidentes menores que se registraron al término de la marcha.

Según Carabineros, dichos desmanes terminaron con más de 200 personas detenidas en Santiago. El jefe de zona Metropolitana de Carabineros, Luis Valdés, agregó que 13 efectivos de la policía resultaron lesionados en la manifestación, dos de ellos, con diagnóstico de gravedad.

No obstante, en general fue una jornada que tuvo una convocatoria que el propio oficial calificó de “importante”, y que concluyó con “daños menores”, que en esta ocasión quedaron en un segundo plano para la tranquilidad de los dirigentes estudiantiles.