Nadie sabe con exactitud qué fue lo que enojó a Lynn Benson, sin embargo fue lo suficiente para empujarlo a hacer uno de los actos más demenciales y -a la vez- más reconfortantes que haya soñado alguna vez hacer un empleado.

Fue el lunes cuando este inspector de una casa de subastas para vehículos de construcción de Humble, Texas, en Estados Unidos, esperó pacientemente a que el local de Ritchie Bros donde trabajaba cerrara sus puertas y todos abandonaran el edificio.

Posteriormente, el hombre de 52 años tomó las llaves de uno de los bulldozers en exhibición y simplemente demolió la oficina de su jefe, reduciéndola a escombros tras atravesarla con el vehículo. Los daños se calcularon 1.5 millones de dólares.

“¿Qué fue lo que lo hizo enloquecer? No tenemos idea. Sólo sabemos que estaba bajo algo de presión. No tengo mucha información sobre el tema, así que lo estamos investigando”, indicó a la cadena KHOU el vicepresidente de operaciones de la firma, Frank Wilson.

Según explicaron sus superiores, Benson tenía su cargo revisar los vehículos que llegaban a la tienda para su subasta. El día anterior había hecho un turno especialmente largo, pero no hubo nada que les indicara semejante desequilibrio.

“Somos una empresa de subastas, por lo que vendemos servicios. El servicio es todo lo que tenemos. Nos enorgullecemos de trabajar con gente grandiosa por lo que tenemos el deber de ayudar a esta persona y su familia”, indicó Wilson.

Aún así, Benson fue detenido por la policía bajo cargos de destrozos criminales, fijándose una fianza de 50 mil dólares (24 millones de pesos) para que recupere su libertad.