Señores BioBioChile:

Han pasado muchos días desde mi última carta. Hoy es domingo 26 de agosto, día que está precioso en Coyhaique, con sol. Hemos tenido hielo en las mañanas, escarchas, mucho frío.

Desde mi última carta a ustedes han pasado muchas cosas. José Asencio viene llegando desde Santiago, ya podré conversar con él para saber y compartir detalles de sus entrevistas, visitas y encuentros. Sin embargo, lo más triste y deprimente de esta jornada ha sido la visita del presidente Sebastián Piñera a la región.

Desesperanzadora resultó la inauguración del Centro Cultural para la ciudad, un proyecto que comenzó el el gobierno de Michelle Bachelet y que consiste en implementar centros culturales en todas las comunas de más de cincuenta mil habitantes.

Más de mil quinientos millones de pesos le entregó el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes a la Municipalidad de Coyhaique para la construcción de este centro cultural, una necesidad muy sentida para la comunidad.

Según entiendo, la obra todavía no es recepcionada por el municipio y aún no cuenta con mobiliario ni equipamiento. Inauguraron un edificio que permanecerá cerrado por varios meses más.

Deprimente fue llegar al lugar, que estaba completamente acordonado en varias cuadras a la redonda. Triste encontrarnos con los artistas, ex integrantes del comité consultivo del CNCA, ex Directora Regional del CNCA, quienes sin ser invitados participábamos detrás del cordón de Carabineros.

En un momento, un grupo de personas quiso cruzar la cuerda. Entonces, aparecieron los policías de las Fuerzas Especiales, que se instalaron entre la comunidad y el centro cultural, ¡triste espectáculo!

Un edificio que costó años levantar, porque la planificación cultural del municipio era pobre, sigue siendo pobre y se empobrece aún más con esta inauguración vacía, hueca y con la gente de la comunidad artística detrás de las Fuerzas Especiales.

La inauguración del Centro Cultural de la capital regional tendría que haber sido una fiesta ciudadana llena de artistas, exposición de colores y alegría con niños, jóvenes, adultos mayores, artesanos, la gente que le dará vida.

En cambio, ¿qué fue? Los niños que tocaron obligados dentro del acto, luego salieron a la calle con sus instrumentos, cruzaron la barrera policial y se acercaron donde nosotros estábamos, sacaron sus instrumentos y tocaron el aparecido.

Con lágrimas en los ojos y rabia en el corazón. Así inauguramos así centro cultural, rodeados de carabineros mientras adentro, en el salón, el Presidente de la República de Chile, creía estar haciéndolo fantástico.

Muchos saludos a todas y todos

Magdalena Rosas

Magdalena Rosas (C)

Magdalena Rosas (C)

Magdalena Rosas (C)

Magdalena Rosas (C)