Decenas de policías federales mexicanos llegaron este lunes al pueblo de Nueva Jerusalén (oeste), donde hace mes y medio la secta católica que controla la comunidad destruyó dos escuelas laicas y hace una semana impidió a golpes el inicio del curso en casas particulares.

Una docena de vehículos policiales llegaron de forma sorpresiva al mediodía a la comunidad, que se encuentra en el estado de Michoacán, y los agentes se apostaron en la entrada, un hecho inédito en Nueva Jerusalén, fundada en 1973 por la secta, que adora a la Virgen del Rosario y preconiza el fin del mundo.

“Hablamos del probema (con los dos grupos enfrentados), es todo. Vamos a esperar órdenes, vamos a permanecer un rato más”, explicó el oficial Miguel Guerrero, comandante a cargo del operativo.

Los vecinos que llevaban a sus hijos a las escuelas laicas, construidas en la comunidad en 2007, disidentes de la secta pero que también practican un catolicismo a ultranza, rechazaron una oferta de las autoridades de Michoacán de trasladar a sus hijos a pueblos vecinos a estudiar.

“Nosotros queremos estudiar aquí, no queremos que nuestros niños vayan a otros pueblos a estudiar, hay riesgos en el camino”, dijo durante un mitin Priscila Domínguez, una de las voceras del grupo de habitantes que reclama educación laica.

“Nuestros hijos no tienen por qué correr riesgos viajando todos los días. Además, ¿por cuánto tiempo nos va a dar el gobierno el transporte? Un mes segurito y luego se olvidan de nosotros”, añadió Domínguez.

Los miembros de la secta ultracatólica, que no cuenta con reconocimiento de la Iglesia ni de las autoridades federales, advirtieron nuevamente que no permitirán la instalación de escuelas laicas ni que se impartan clases en casas particulares.

Aseguran que quien quiera estudiar en el pueblo debe hacerlo en la escuela parroquial de la congregación religiosa extremista.

“Lo de las escuelas (laicas) es un pretexto. Ese grupo quiere meter aquí la droga, la delincuencia, la prostitución”, afirmó en un acto Juan Carlos Téllez, apoderado legal de la secta radical mayoritaria en esta comunidad de unos 4.OOO habitantes.

Téllez sostuvo de su lado que la Policía Federal acudió a atestiguar el “ambiente de paz y tranquilidad” que se vive en el pueblo.

La secta de Nueva Jerusalén, que destruyó las dos escuelas alegando seguir instrucciones de la Virgen, prohíbe a sus seguidores ver la televisión, leer los periódicos, tener teléfonos celulares e incluso practicar deporte, y las mujeres no pueden llevar pantalones ni la cabeza descubierta.