Al menos 52 personas, en su mayoría mujeres y niños, murieron el martes por la noche, en el ataque llevado a cabo por hombres armados contra las viviendas de una comunidad rival en el sureste de Kenia, informó la policía local.

“Otras cuatro personas murieron (por sus heridas), además de las 48 que murieron en el lugar”, afirmó Joseph Kitur jefe adjunto de la policía costera. Kitur se refería al balance previo proporcionado por las fuerzas del orden, donde se informaba de 48 fallecidos.

Se trata del ataque étnico más mortífero en Kenia desde la violencia poselectoral de finales de 2007 y principios de 2008.

Según Kitur, el ataque se produjo en el distrito rural de Tana River, a unos 300 kilómetros al sureste de la capital, Nairobi, por hombres Pokomo contra habitantes Orma, dos comunidades rivales desde hace años.

Entre las víctimas hay, al menos, 31 mujeres y 11 niños, había informado antes Kitur. “Es un acontecimiento terrible, 34 personas murieron a machetazos y otras 14 fueron quemadas vivas”, añadió.

“Nuestra investigación muestra que son los Pokomo quienes atacaron a los Orma que viven en una isla”, precisó.

Pero según un diputado local, Danson Mungatana, el ataque del martes en la noche era una represalia.

Hace unos diez días unos Orma mataron a tres Pokomo. Miembros de esta comunidad habrían masacrado más de 200 cabezas de ganado de los Orma, quienes, a su vez, habrían atacado pueblos Pokomo y quemado más de 100 casas, contó.

Después de los últimos enfrentamientos la presencia policial en la zona se incrementó, según el diputado.

“Los enfrentamientos por los pastos son frecuentes en esta región”, comentó el portavoz de la policía nacional, Eric Kiraithe.

Los Pokomo son esencialmente agricultores sedentarios, instalados a lo largo del río Tana. Los Orma, en su mayoría, son ganaderos nómadas.

Más de 100 personas murieron en 2001 en enfrentamientos entre esas dos comunidades relacionados con el acceso a las tierras y a un río en la misma región. “Desde entonces vivimos en una paz relativa”, afirmó Mungatana.

Los enfrentamientos entre comunidades que se disputan las tierras de pastoreo y los puntos de acceso al agua también son frecuentes en el norte y el este de Kenia.

A finales de 2007 y principios de 2008, la reelección del presidente Mwai Kibaki frente a Raila Odinga, quien denunció fraude en los comicios y posteriormente alcanzó el puesto de primer ministro, causó violencias étnicas que devastaron el país.

Más de 1.000 personas murieron y centenares de miles fueron desplazadas