Estados Unidos se declaró este viernes entristecido por la muerte de 34 mineros huelguistas durante una operación policial en Sudáfrica, y expresó su confianza en la capacidad del gobierno de Jacob Zuma de investigar la masacre.

“Los estadounidenses están tristes por estas muertes trágicas y expresan sus condolencias a las familias de las víctimas”, afirmó el portavoz adjunto del presidente Barack Obama, Josh Earnest.

“Confiamos en que el gobierno sudafricano investigará las circunstancias de este hecho, y como siempre llamamos a todas las partes a encontrar una solución pacífica” a la crisis en curso, agregó.

El jueves, 34 personas murieron después que la policía sudafricana abrió fuego contra trabajadores en huelga en la mina de platino Marikana, en la más sangrienta intervención policial en Sudáfrica desde la caída del régimen del apartheid, en 1994.

La policía alegó por su parte haber actuado en legítima defensa.

El movimiento, considerado ilegal, se inició con una reivindicación de un grupo de mineros que exigía triplicar su salario, actualmente de 4.000 rands mensuales (486 dólares, 400 euros).

El presidente Jacob Zuma abandonó súbitamente el viernes por la mañana una cumbre regional en Mozambique para dirigirse al lugar del drama, y anunciar la creación de una comisión de investigación.