El ataque a una base de la Fuerza Aérea paquistaní por hombres armados con fusiles, granadas y lanzacohetes el jueves al alba dejó ocho muertos, entre los cuales están los seis atacantes, informó un portavoz del ejército.

Además dos miembros de las fuerzas de seguridad murieron en el enfrentamiento.

“Dos miembros de las fuerzas de seguridad y los seis atacantes murieron”, indicó el portavoz cinco horas después del comienzo del ataque.

Al menos uno de los atacantes tenía un saco repleto de explosivos.

El ejército paquistaní había anunciado en un comunicado el ataque de la base por “un grupo de terroristas”.

El ataque comenzó pasadas las 02H00 locales (21H00 GMT del miércoles) cuando hombres fuertemente armados ingresaron en la base situada a unos 60 km al noroeste de Islamabad.

Los responsables paquistaníes indicaron que las fuerzas especiales fueron enviadas al lugar para responder al ataque de la base, sede del Complejo Aeronáutico Paquistaní, la división industrial de la Fuerza Aérea que construye los aviones Mirage y, con asesoramiento chino, los aviones de combate JF-17.

Testigos afirmaron que escucharon, en la base, disparos de fusiles, cohetes y granadas durante más de tres horas.

El ataque no fue reivindicado pero grupos islamistas vinculados a los talibanes paquistaníes atacaron varias bases militares los últimos años.

El último fue el 9 de julio cuanto siete personas, de las cuales seis militares, murieron en un ataque de desconocidos a su base situada a un centenar de kilómetros al sureste de Islamabad.

En mayo de 2011 las fuerzas de seguridad necesitaron 17 horas para sofocar un ataque similar a una base aérea de Karachi (sur), operación reivindicada por los talibanes.

La base de Kamra, en la provincia de Pendjab, ya fue atacada al menos dos veces en los últimos años.

El 23 de octubre de 2009 un atentado suicida con bomba mató a seis civiles y dos empleados de la Fuerza Aérea en un puesto de control situado fuera de la base.

El 10 de diciembre de 2007 un coche bomba chocó a un autobús escolar hiriendo al menos a cinco niños, hijos de los empleados de la base.

Los insurgentes denuncian, al igual que algunos partidos religiosos conservadores, la alianza estratégica de Pakistán con Estados Unidos, país que lidera la fuerza internacional de la OTAN en Afganistán en donde combate a los talibanes afganos, aliados de sus vecinos paquistaníes.