Los rebeldes del Ejército Sirio Libre (ESL) reivindicaron este miércoles el atentado dirigido contra un grupo de militares reunidos en un edificio del Estado Mayor, situado cerca del hotel donde se hospeda la delegación de la ONU en el centro de Damasco.

El atentado con bomba que causó cinco heridos, según un militar en el lugar, se produjo en un aparcamiento del Estado Mayor. Un oficial explicó que la explosión ocurrió hacia las 08H00 (05H00 GMT) en el momento en que “reclutas hacían sus ejercicios físicos y recibían sus instrucciones, como cada día”.

Según una periodista de la AFP, la bomba estaba colocada en la parte trasera de un camión cisterna. Varios vehículos militares y las paredes del edificio contiguo del Sindicato de Trabajadores quedaron destruidos.

Los rebeldes del ESL, compuesto por desertores y civiles que tomaron las armas, reivindicaron este ataque y explicaron que el objetivo era “una reunión de militares en una oficina del Estado Mayor”.

El atentado “fue planeado por expertos para que se produjeran dos explosiones a las 08H05 (05H05 GMT del miércoles) durante la reunión de oficiales y suboficiales del ejército y de la ‘shabiha’ (milicias favorables al régimen) donde se deciden las operaciones del día en Damasco”, aseguró a la AFP el comandante Maher al Nuaimi, jefe de la oficina de coordinación del comando del ESL en Siria.

Ningún miembro de la ONU, cuyo hotel se encuentra cerca del lugar de la explosión, resultó herido.

“Damos gracias a Dios porque ninguno de ellos haya sufrido daños durante su estancia en Siria”, declaró el viceministro de Asuntos Exteriores, Fayçal Moqdad.

En otros lugares de la capital, las tropas del régimen lanzaron el asalto a diversos barrios donde resisten focos rebeldes, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

Estrategia de agotamiento

En Alepo, el otro gran frente en el norte de Siria, el ejército, apoyado por helicópteros, bombardeaba diversos barrios, especialmente Saladino, un bastión rebelde, del que las tropas dijeron haber retomado el control, según el OSDH.

Una fuente de seguridad afirmó a la AFP que los insurgentes se encontraban en el límite de este emblemático barrio y que el ejército ocupaba la mitad de Seif Al Dawla, otro bastión rebelde.

El próximo objetivo de las tropas, según esta fuente, es el barrio de al Sukari, donde los insurgentes disponen de numerosas armas y munición.

“La estrategia es asediarlos hasta el agotamiento, antes que emprender grandes operaciones” en esta ciudad en la que varias calles estaban cubiertas de cadáveres de rebeldes o de soldados, añadió esta fuente.

Al menos diez personas murieron el miércoles en la violencia en Siria, según el OSDH.

Desde marzo de 2011, Siria vive una revuelta que se militarizó frente a la represión del régimen y que causó más de 23.000 muertos, según el OSDH, una organización con sede en Gran Bretaña y que obtiene su información de una red de militantes y testigos.

Rusia advirtió este miércoles que no permitirá que las potencias occidentales “saboteen” el acuerdo de transición política en Siria establecido en Ginebra a finales de junio.

En La Meca, los dirigentes del mundo musulmán, reunidos desde el martes, deben anunciar si suspenden o no a Siria en la Organización de la Conferencia Islámica (OCI).

Sin embargo, Damasco dispone de aliados de peso dentro de esta organización, especialmente Irán que ya hizo saber que se opone a toda suspensión.

Según el general Martin Dempsey, el militar de más alta graduación de Estados Unidos, los Guardianes de la Revolución, el ejército de élite iraní, integran actualmente una milicia progubernamental, compuesta de “sirios generalmente chiitas y algunos alauitas”.

En Ginebra, Ahmad Fawzi, portavoz de Kofi Annan, indicó que Damasco aprobó la candidatura del argelino Lakhdar Brahimi a su sucesión.

Por su parte, la comisión de investigación independiente sobre los Derechos Humanos en Siria debe hacer público su informe en Ginebra, en el Consejo de los Derechos Humanos de la ONU.