Más de 23.000 personas murieron en Siria desde el inicio de la revuelta contra el régimen del presidente Bashar al Asad, esto en marzo de 2011, según afirmó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

“Al 13 de agosto, 23.002 personas habían muerto, entre ellas 16.142 civiles, 1.018 desertores y 5.842 soldados”, dijo el representante Rami Abdel Rahman, precisando que 2.049 personas murieron desde el final de julio.

En su balance, el OSDH, una organización no gubernamental con sede en Gran Bretaña que se basa en las informaciones proporcionadas por una red en Siria, cuenta principalmente a los que tomaron las armas.

“El número total no incluye a los milicianos progubernamentales, a los miles de detenidos cuya suerte se desconoce, ni a aquellos fallecidos cuya identidad no pudo establecerse”, según Abdel Rahman.