El Gobierno criticó la reactivación de las tomas de los colegios, enfatizando que el movimiento estudiantil “no cuenta con una agenda”. Al respecto, el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, sostuvo que se trata de una forma de hacer “bullying”, a quienes desean estudiar.

Molestia e indignación es lo que se percibía esta mañana en las palabras de los ministros de Estado al referirse a la reactivación de las tomas de los establecimientos secundarios que se iniciaron la semana recién pasada y que cada vez toma más fuerza.

El 2011, el movimiento marcó los proyectos de La Moneda, que incluso presentó una Reforma Tributaria para financiar la educación, ello luego del fracaso del “Gran Acuerdo Nacional por la Educación”, más conocido como GANE.

Pero, nada ha logrado satisfacer las peticiones estudiantiles, por ello, el Ejectivo ha calificado la movilización 2012 como un movimiento político, y sin agenda. Fue el mismo ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, quien se refirió a las tomas de los colegios, indicando que se trata de un acto de “bullying”.

Actualmente son siete los proyectos que se discuten en el Congreso vinculados a la Educación: nueva carrera docente, financiamiento estudiantil, aumento de la subvención escolar, superintendencia de Educación Superior, rebaja en la tasa de interés del CAE, Agencias Públicas de Educación Local o desmunicipalización de los colegios, y por último la Reforma Constitucional, que fija a la educación como derecho fundamental.

Frente a este trabajo, y la demanda de los secundarios de paralizar la discusión de estas iniciativas en el Parlamento, el ministro de Educación, Harald Beyer, fue enfático, por lo que sostuvo que la actutid de los dirigentes no es una forma de invitar precisamente al diálogo.

Desde el ministerio de Educación, puntualizaron que las tomas perjudican el proceso educativo, afectando los avances en el mejoramiento de la calidad de la educación, por ello llamaron a los sostenedores de los recintos a garantizar el derecho a la enseñanza de todos los alumnos.