El ministro alemán de Economía, Philipp Rösler, afirma estar decepcionado con Grecia y con su capacidad para llevar a cabo las reformas necesarias para evitar la quiebra del país, en una entrevista al semanario Focus que se publicará el lunes.

“He perdido mis ilusiones”, dijo el ministro, miembro del pequeño partido liberal que forma parte de la coalición de la canciller alemana, Angela Merkel.

“Junto a las empresas alemanas propuse una serie de apoyos al gobierno griego. Los griegos casi no han respondido a nuestras ofertas”, dijo Rosler, menos influyente que el ministro de Finanzas, el cristianodemócrata Wolfgang Schäuble, encargado de gestionar la crisis de la deuda europea en Alemania.

El 22 de julio, Rösler ya había dicho que dudaba de la capacidad de Grecia para seguir en la zona euro y aseguró que la salida del país “no tiene nada de espantoso desde hace tiempo”.

Un día después, el gobierno alemán aseguró a su vez estar dividido entre la esperanza y el escepticismo sobre las perspectivas de Grecia de cumplir sus compromisos con sus acreedores internacionales.

El pasado 7 de agosto el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, afirmó que una salida de Grecia de la zona euro sería “manejable” pero no “deseable”.

Los expertos del Fondo Monetario Internacional, de la Unión Europea y del Banco Central Europeo (BCE), la llamada “troika”, empezaron a mediados de julio a evaluar el programa económico del nuevo gobierno griego.

Sus conclusiones, que se esperan para mediados de septiembre, determinarán si el país recibe o no un primer pago de 31.500 de euros del segundo plan de ayuda para el país, aprobada en febrero.