El primer ministro ruso, Dimitri Medvedev, prometió el jueves tomar medidas drásticas contra la excesiva inmigración proveniente de vecinos como China para evitar que el remoto Extremo Oriente de Rusia caiga en manos extranjeras.

El predecesor del presidente Vladimir Putin y actual jefe del gobierno dijo que la “excesiva expansión” de extranjeros en el territorio seguía siendo una de las principales preocupaciones de las autoridades.

“El objetivo de defender nuestro territorio del Extremo Oiente de una excesiva expansión de los ciudadanos de los países vecinos continúa”, dijo Medvedev a los minsitros en comentarios colgados en el sitio web del gobierno.

Hace tiempo que los responsables rusos y los gobernadores regionales señalan su temor de que una disminución de la población en la zona después de la caída de la Unión Soviética permita algún día que China controle el Extremo Oriente.

Esta preocupación y las severas políticas gubernamentales contra los inmigrantes desembocaron en conflictos étnicos en lugares como la ciudad portuaria de Vladivostok.

Rusia espera obtener una bonanza económica a largo plazo en el área gracias los miles de millones de dólares gastados en infraestructuras para la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC) de septiembre en las afueras de Vladivostok.

Medvedev indicó que ocho millones de extranjeros llegaron a Rusia en los primeros seis meses de este año y que 10 millones de inmigrantes estaban trabajando actualmente en el país.