Algo que caracteriza a los Juegos Olímpicos, es su símbolo: los 5 anillos de diferentes colores entrelazados. Tras esto hay un significado, que va más allá de la simple creación de un logo.

La idea de crear un emblema que identificara a esta cita planetaria deportiva nació en 1913, cuando el barón francés Pierre de Coubertin, considerado el fundador de los Juegos Olímpicos modernos, anunció durante la “Revue Olympique” (el organismo antecesor al Comité Olímpico Internacional) que para el Congreso de París del próximo año, se escogería un emblema.

Así, la primera vez que se hizo uso de esta identificación fue durante el Congreso Olímpico de París en 1914, previo a los juegos de 1916 que se realizarían en Berlín y que fueron suspendidos por la Primera Guerra Mundial.

En la creación, fue donde Coubertin decidió que los 5 anillos de colores (azul, negro, rojo, amarillo y verde) se posaran sobre un fondo blanco, puesto que simbolizarían la unión de los cinco continentes y de todas las naciones de la tierra.

“Los 6 colores combinados representan a todas las naciones sin excepción. El azul y el amarillo de Suecia; el azul y el blanco de Argentina, Grecia y Guatemala; los tricolores de Alemania, Bélgica, Chile, Colombia, Estados Unidos, Francia, Hungría, Italia, México, Reino Unido y Rusia; el amarillo y el rojo de España yacen junto a las nuevas banderas de Australia, Brasil y Venezuela, y a las del antiguo Japón y la joven China. Éste es, realmente, un emblema internacional”, declaró en la Revue Olympique de agosto de 1913.

El uso de este símbolo está totalmente restringido por el Comité Olímpico Internacional (COI), privándolo a utilizarse sólo como elemento de las medallas que premien a los deportistas, en los emblemas de los distintos Comités Olímpicos Nacionales, en los posters oficiales de los juegos, en los múltiples souvenirs y publicidad, en estampillas y finalmente, en el escudo de la ciudad de Lausana en Suiza, por el hecho de ser sede del COI, de acuerdo a lo señalado en el Tratado de Nairobi sobre la protección del Símbolo Olímpico.

Pero Gustavo Sousa, pintor y diseñador, creador del proyecto “oceaniaeuropeamericaasiaafrica”, utilizó estos mismos anillos para reflejar otras realidades presentes en la cotidianeidad mundial, que se escapan de la “unión por el olimpismo”.

Con esto, quiso reflejar las desigualdades existentes en nuestra época. “Los anillos representan la sana competencia y la unión, pero sabemos que el mundo no es perfecto. Tal vez entender las diferencias es el primer paso para hacer las cosas más equitativas”, dice Sousa a propósito de su proyecto a la página de diseño Fastcodesign.

Así, realidades y problemas como el SIDA, la cantidad de locales de Mc’Donalds, la obesidad, la militarización, el número de población, entre otras, se ven plasmadas en cada uno de los anillos que representan a los países.

Más específicamente, el anillo azul a refleja a Oceanía; el amarillo, a Europa; el Negro, a América; el Verde, a África y el rojo, a Asia.

“Eventos como estos pueden ser una buena oportunidad de reflexión”, concluyó el autor.

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