El embajador sirio ante la ONU, Bashar Jaafari, dijo este viernes que tanto su familia como él recibieron amenazas de muerte, de las que alertó a las autoridades estadounidenses.

Jaafari, cuya hija se cree que aconsejó al presidente Bashar al Asad sobre cómo gestionar sus relaciones con la prensa occidental, se convirtió en la cara visible del gobierno sirio ante las crecientes condenas sobre el sangriento conflicto que padece el país.

El embajador sirio dijo a la Asamblea General de la ONU que estaba “orgulloso de defender los intereses de (su) nación contra todas las conspiraciones”.

Pero en su lucha por intentar parar una resolución contra su gobierno, Jaafari respondió aludiendo a las amenazas de muerte y ataques personales que dice haber recibido a través de los medios de comunicación de Arabia Saudí y Qatar.

“He recibido varias amenazas de muerte contra mí y varios diplomáticos sirios desde sitios web de Arabia Saudí, Qatar y Estados Unidos”, aseguró Jaafari a los 193 miembros de la Asamblea antes de que la resolución promovida por los saudíes fuera aprobada.

“Los medios saudíes y cataríes ya no están satisfechos apuntando hacia mi país, sino que ahora van a por mí y a por los miembros de mi familia de una manera inmoral, de una forma no ética y vergonzosa”.

El enviado sirio afirmó que ambos países dedicaron programas enteros a su persona y que “fabricaron mentiras y afirmaciones falsas para dañar la reputación de miembros de mi familia”.

Jaafari precisó más tarde ante la prensa que había informado a las autoridades estadounidenses sobre estas amenazas.