Productores de tabaco de las Américas se reúnen desde este viernes en Santa Cruz do Sul, al sur de Brasil, para asentar su rechazo a una eventual reducción de las tierras cultivadas, que en su opinión perjudicaría a millones de agricultores.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) debe discutir la reglamentación de dos artículos que proponen apoyo a “actividades económicas viables” para sustituir el tabaco, en la reunión sobre el Convenio Marco para el Control del Tabaco conocida como COP-5, en noviembre en Seúl.

“Estamos muy preocupados”, dijo el jueves a la AFP el argentino Jorge Néstor, presidente de la Asociación Internacional de Productores de Tabaco (ITGA), contactado por teléfono en Santa Cruz do Sul, sede de la Asociación brasileña de productores de tabaco (Afubra), donde se reúnen hasta el sábado productores de Brasil, Argentina, Estados Unidos, República Dominicana, Colombia y México.

Para Néstor, los borradores de la reunión COP-5 elaborados por grupos de trabajo de la OMS “apuntan a eliminar la producción de tabaco” a través de la restricción a créditos bancarios, por ejemplo, y son “imposibles de llevar a la práctica”.

El presidente de la ITGA sostuvo que muchos países en desarrollo, entre ellos muchos africanos, no tienen capacidad para encarar la reconversión de áreas tabacaleras, en muchos casos importante fuente de ingreso de divisas.

“Los burócratas de la OMS no tienen la más pálida idea de lo que la producción de tabaco significa para las familias, que ocupa a millones y millones de personas y les dan la posibilidad de sobrevivir”, insistió.

“Yo soy de Misiones, donde desde comienzos de los ’90 llevamos a cabo la diversificación, por ejemplo con cítricos” pero “cuando son miles de productores los que deben reconvertirse es complicado” lograr “que sea sustentable desde el punto de vista comercial”, sostuvo.

La ITGA pretende que cualquier decisión que se tome en Seúl permita al productor tener los mismos ingresos y condiciones de vida que le ofrece el tabaco.

Durante la COP-4, realizada en noviembre de 2010 en Punta del Este, Uruguay, representantes de 170 países acordaron controlar los aromatizantes agregados a los cigarrillos para hacerlos más atractivos, y continuar la búsqueda de alternativas económicamente viables al cultivo de tabaco, entre otros.

La OMS estima que para 2015 habrá 6,4 millones de muertes cada año en el mundo debido a enfermedades ligadas al tabaco, un 10% del total mundial.