El árbitro de boxeo de Turkmenistán, Ishanguly Meretnyyazov, fue enviado a casa el jueves por la Asociacion Internacional de Boxeo (AIBA), que rige el pugilismo amateur, debido a su mal trabajo en la pelea entre el japonés Satoshi Shimizu y el azerí Magomed Abdulhamidov.

Un comunicado oficial de la AIBA informó que el árbitro Meretnyyazov fue duramente criticado por no detener el combate en el tercer asalto cuando un agotado Abdulhamidov cayó al suelo en cinco ocasiones, y también fue culpado por haberle dado demasiado tiempo al azerí para recuperarse después de sus caídas.

Abdulhamidov recibió inicialmente una decisión favorable de 22-17, en la cual no tuvo nada que ver el árbitro pues el veredicto lo dieron los cinco jueces alrededor del encordado.

Luego de le pelea, el equipo japonés presentó una apelación y el resultado fue cambiado a una victoria para Shimizu, que accede así a cuartos de final.

Otro árbitro sancionado por los funcionarios de AIBA fue el alemán Frank Scharmach, que recibió una suspensión de cinco días de la competencia por su pésimo trabajo en el pleito de los pesos pesados del miércoles entre el cubano José Larduet y el iraní Ali Mazaheri.

Scharman dejó consternados al equipo iraní y gran parte de la multitud cuando descalificó a Mazaheri después de haberle dado tres rápidas advertencias por supuestamente agarrar a su rival.

Mazaheri, de 30 años de edad y campeón de los Juegos Asiáticos de 2006, estaba al frente de las tarjetas 6-4 en el momento en que fue penalizado.

“Nunca había visto nada así en mi mida. Vine pensando en ganar la medalla de oro y en un minuto recibí tres advertencias y estaba fuera de la competencia”, declaró el iraní.

De su parte, Julio Mena, el entrenador de Larduet, dijo a la AFP que el árbitro alemán había aplicado correctamente el reglamento.

“El reglamento lo dice, Cuando un púgil recibe tres advertencias seguidas por la misma causa, automáticamente queda descalificado”, indicó Mena.

También, un delegado técnico de Azerbaiyán fue enviado a casa con efecto inmediato por infracciones no especificadas al código de conducta de la AIBA.

El taiwanés Ching-Kuo Wu, presidente de la AIBA, dijo que cualquier amenaza a la integridad de la competencia se tratará sin contemplación.

“Lamento profundamente que tuvimos que tomar estas decisiones”, dijo el taiwanés de 65 años de edad, quien ha estado en el cargo desde 2006.

“Sin embargo, nuestra principal preocupación ha sido y será siempre la protección de la integridad y del juego limpio de nuestras competiciones. Voy a tomar todas las medidas posibles para reforzar esto”, puntualizó Wu.