Sin lugar a dudas que la elección mediante votación telefónica de la arquera Denisse Van Lamoen como abanderada chilena en los próximos Juegos Olímpicos de Londres 2012, no causó mayores sorpresas.

De entre los 5 seleccionados por el Comité Olímpico de Chile para ser el abanderado, claramente la experimentada deportista corría con ventajas, debido a que era -eventualmente- la más conocida del grupo.

Los 5 posibles abanderados (Paris Inostroza, Berta Rodríguez, Francisca Crovetto y Matías del Solar), cada uno contaba con méritos más que suficientes para portar el pabellón patrio, aunque en el caso de la ariqueña, la elección tiene un tinte especial.

En Sydney 2000, Denisse Van Lamoen fue la primera chilena en su especialidad en acudir a una cita olímpica,y si bien quedó lejos del podio, alentó las esperanzas de que por fin este deporte consiguiera una inédita presea olímpica.

Sin embargo, todo se desarmó como un castillo de naipes el 2002 tras participar en los VII Juegos Suramericanos de Brasil 2002, donde arrojó positivo en un control de dopaje por anfetamina, siendo descalificada y despojada de las 7 medallas conseguidas.

Tras un periodo oscuro en medio de demandas y apelaciones a los Tribunales por las sanciones impuestas, tanto por la Federación Chilena de Tiro con Arco (Fechta) como por la Federación Internacional de Tiro con Arco (FITA), volvió a la actividad en los Juegos Panamericanos de Santo Domingo 2003, donde culminó quinta.

De ahí en más, recomenzó el camino de los triunfos anotando records para nuestro país, coronado su carrera con el título mundial en Turín (Italia) convirtiéndose de paso en la primera arquera chilena en conseguir la medalla de oro mundial.

Su elección no es más que un espaldarazo de la gente, que pese al tropiezo en su destacada carrera, ha valorado más el sacrifico de estos atletas, para dejar a nuestro país en lo más alto.

Algunos puede opinar que los otros deportistas, con trayectorias inmaculadas, tenían más méritos. Se puede argumentar que el “premio” debían disputarlo Inostroza con Rodríguez, por ser sus cuartos Juegos Olímpicos, y así muchos otros argumentos.

Pero no cabe duda que al final del día, lo importante es que esta elección significa que pese a la paupérrima cobertura de otros deportes aparte del fútbol, hay quienes aún están dispuestos a perdonar y olvidar, porque lo que se debe destacar no es la caída, sino en cómo te paras y sigues.

El útimo abanderado chileno fue el tenista Fernando González en Pekín 2008, cita en donde consiguió la medalla de plata. Quizás sea una cábala para Denisse también, quien asoma como una de las cartas chilenas al podio.

De lograr una presea, justificará de la mejor manera el voto del pueblo, que es capaz de perdonar.