Un grupo de estudiantes de la carrera de Ingeniería en Prevención de Riesgos de la Sede Viña del Mar de la Universidad Santa María realizó un completo análisis de los problemas que sufren los conductores de locomoción colectiva debido a las vibraciones a las que se exponen durante su jornada laboral.

El trabajo titulado “Estudio de la exposición a vibraciones en choferes de microbuses en la Región de Valparaíso”, fue realizado por Mackarena Arriagada, Ángel Bernal, Eduardo Montino y Patricia Opazo, quienes guiados por el profesor Rodrigo Domínguez aplicaron un cuestionario de preguntas que permitió reconocer la condición en que los trabajadores desarrollan sus labores.

Los resultados arrojaron que el 83,3% de los conductores se siente fatigado al final de la jornada laboral, el 10,1% está conforme con sus turnos y sólo un 23,8% dice conocer el daño al que está expuesto ante la vibración.

Según expresó Domínguez, “muchos conductores de la locomoción colectiva no piensan que las vibraciones pueden resultar perjudiciales para la salud. La exposición a las vibraciones no es solamente algo molesto. Se sabe que esta actividad, cuando es constante puede llegar a causar graves problemas médicos, dolor lumbar y de espalda, dolor de cabeza entre otras”.

“Este trabajo tiene el mérito que fue desarrollado por estudiantes y aceptado en el Congreso Internacional de Prevención de Riesgos Laborales a fines del año pasado”, agregó.

El estudio se complementó con la instalación de un acelerómetro en el cojín del asiento de los choferes, que determinó la exposición a vibraciones en distintos tramos recorridos, considerando que ésta es proporcional al degrado de la ruta.

Según indicó el trabajo, este tipo de exposición es parte de los riesgos a los cuales se ven afectados los conductores, entre los que se encuentran las lesiones músculo-esqueléticas, dentro de las cuales destacan la ciática, lesión de cuello y hombros y problemas circulatorios.

Asimismo, el grupo de investigadores incluyó recomendaciones para disminuir los niveles de vibraciones, y de esta manera bajar los riesgos asociados.

Entre ellos se encuentra modificar el asiento con almohadas lumbares y controlar la fuente de origen de la vibración -el microbús- a través de la realización obligatoria de la Revisión Técnica cada seis meses.

Otra de las medidas para bajar los riesgos provenientes de las vibraciones es cumplir con las normas que establece la ley, tales como respetar la velocidad establecida y dar los descansos correspondientes a los trabajadores.