El polifacético “genio mudo” del siglo XX, tenía en su cabeza pensante proyectos que nunca llegaron a ver la luz, pero que seguro ahora serán dignos de admirar. Uno de ellos es un manuscrito descubierto recientemente por la Filmoteca de Bolonia, basado en la vida del bailarín ruso Vaslav Nijinsky, uno de los “elementos inspiradores” de Charlie Chaplin.

El hombre de sombrero negro, conoció al bailarín en 1917, según informaciones del periódico español ABC. El coreógrafo ruso, un hito histórico en su mundo, y conocido por sus saltos y extremas habilidades, fue el sujeto de estudio de Chaplin.

El manuscrito encontrado narra la vida del virtuoso, pero llevada a la máxima expresión de sencillez y humildad, que Charlie quiso mostrar de su amigo. “El gran genio del ballet ruso”, le apodó en sus escritos. Sin embargo, aunque nunca se materializó el proyecto, quedan pinceladas patentes en Candilejas.

Curiosamente, en el legado aparecen también fotos del famoso actor y director Buster Keaton, compañero de andanzas en el cine mudo.

Por su parte, el biógrafo de Chaplin, David Robinson, conseguirá no poner un final tan lóbrego a esta historia, mostrando a los espectadores interesados este valioso y elocuente documento.