Angela Merkel y François Hollande se reunieron este miércoles en París, donde mostraron su voluntad de “profundizar la unión económica y monetaria (y) mañana política” en la víspera de una cumbre de la que se espera que salgan remedios para la crisis en Europa, asustada por una España que se tambalea.

“Estamos en víspera de un Consejo importante, ya hemos trabajado bien. Ha habido avances, sobre todo sobre el crecimiento, que fue objeto de numerosas discusiones que han dado resultado. El Consejo europeo tendrá que decidir”, declaró Hollande a la entrada del Elíseo, el palacio presidencial francés.

“Queremos, tanto el uno como el otro, profundizar la unión económica, monetaria y mañana política para llegar a una integración y a una solidaridad”, agregó el presidente socialista francés.

Tras recordar que la crisis es “seria”, la canciller alemana dijo que los europeos tienen la obligación de “construir la Europa fuerte y estable del futuro”. “Necesitamos una Europa que funcione, los mercados lo esperan. Necesitamos una Europa cuyos miembros se ayuden entre sí”, prosiguió.

Antes de desplazarse al Elíseo, donde iba a cenar con su colega francés para limar diferencias de cara a la cumbre de el jueves y el viernes en Bruselas, Merkel había dicho en el Bundestag, cámara baja del Parlamento alemán, que no hay “solución rápida (ni) fácil para la crisis”.

Las reformas estructurales en los países con problemas estarán “en lo alto de la agenda” de la cumbre, recordó la canciller, que dijo esperar “controversias” y que “todos los ojos, o al menos muchos, estén puestos en Alemania”, dejando claro que la única medicina para salir de esta crisis, que amenaza con llevarse por delante al euro, es la austeridad.

Y es que las fuerzas de la primera economía europea no son ilimitadas, y Berlín ya ha hecho suficientes concesiones a Europa, estima la jefa del Gobierno alemán, que ha repetido su oposición a cualquier forma de mutualizar la deuda en la zona euro mientras no se refuercen las posibilidades de “control y de intervención” de los presupuestos nacionales.

Merkel incluso criticó el documento presentado el martes por el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, sobre dicha mutualización de la deuda.

Para la jefa del Gobierno alemán, los eurobonos solo pueden darse después de una profunda integración europea en la que los países miembros cedan cada vez más soberanía a favor de Bruselas.

Si la idea de más integración cuenta con aceptación, para muchos es un asunto secundario dada la gravedad de la crisis, aunque las Bolas europeas vivieron un respiro este miércoles: Madrid ganó un 2,12%, Milán un 2,58%, Londres un 1,41%, Fráncfort un 1,50% y París un 1,67%.

La zona euro anunció este miércoles que contempla ayudar, en coordinación con el FMI, a Chipre, que a principios de semana se convirtió en el quinto país de la Unión Monetaria en pedir ayuda a sus socios, mientras España e Italia están más que nunca en el ojo del huracán.

La caída del Producto Interior Bruto (PIB) español se aceleró en el segundo trimestre, advirtió el miércoles en Banco de España. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, también ha advertido que el país no podrá financiarse por mucho tiempo con las tasas de interés actuales, que se sitúan ligeramente por debajo del 7% (6,92%) para la deuda a diez años.

Para evitar el contagio a toda la zona euro, los europeos deben “tomar acciones para incentivar el crecimiento, y la creación de empleo”, dijo un portavoz de la Casa Blanca estadounidense, haciéndose eco de las esperanzas que suscita la cumbre de Bruselas.

Pero dichas esperanzas pueden recibir un duro revés, aunque la pasada semana, los mandatarios de Alemania, Francia, España e Italia propusieron un “pacto” para movilizar entre 120.000 y 130.000 millones de euros, cerca de un 1% del PIB europeo, a corto plazo.

“Una engañifa”, zanjó este miércoles el semanario alemán Der Spiegel, pese a que Merkel considera que la propuesta es “una señal fuerte”. Sin embargo, la Confederación Europea de Sindicatos advirtió que “no confía mucho” en que la cumbre logre romper el “círculo austeridad-represión”.

Y es que los “mercados han aprendido a no poner demasiadas esperanzas” en estas cumbres, recordaron los analistas de Commerzbank.