Chipre presentó ante la zona euro una solicitud “oficial de ayuda financiera”, según un comunicado divulgado este lunes, pocas horas después de que lo hiciera España.

Esta ayuda, que será desembolsada a través del Fondo de rescate europeo, busca “contener los riesgos que planean sobre la economía chipriota (…) provenientes de su sector financiero, muy expuesto a la economía griega”, explicó el comunicado, que no precisó el monto.

Después de España, Chipre se convirtió este lunes en el quinto país de la Unión Monetaria en pedir ayuda financiera a sus socios.

Los bancos chipriotas, muy presentes en Grecia, poseían masivamente obligaciones del Estado griego, cuyo valor se desplomó tras la operación de reestructuración de la deuda griega. La exposición de los bancos chipriotas a la deuda griega se eleva a unos 3.500 millones de euros, la mitad del presupuesto nacional, unos 7.000 millones.

La agencia de calificación financiera Moody’s bajó recientemente la nota de dos bancos chipriotas, el Bank of Cyprus y el Hellenic Bank, por “el riesgo creciente de la salida de Grecia de la zona euro”. La nota de un tercer banco, el Cyprus Popular Bank, está bajo vigilancia con vistas a una eventual revisión a la baja.

Todas estas notas son de categoría “especulativa”, lo que equivale a préstamos poco fiables.

El Gobierno chipriota ya ha apoyado un plan de recapitalización de 1.800 millones de euros para el segundo banco del país, Popular Bank, que es el más expuesto a la deuda griega.

Chipre se unió a la Unión Europea en 2004 y al euro en 2008.