En el encuentro se conformó un equipo coordinador, que deberá definir las nuevas manifestaciones. Del mismo modo, se incorporó el litio a las demandas del Movimiento.

Cerca de 200 personas llegaron este fin de semana hasta el Instituto Obispo Silva Lezaeta, para participar del tercer Encuentro Ciudadano, organizado por la Asamblea Ciudadana de Calama y el que fue convocado para establecer los próximos pasos del movimiento social loíno.

La jornada, que estuvo encabezada por el alcalde Esteban Velásquez y que contó con la participación del Obispo Guillermo Vera y del Presidente de la Fraternidad de Pastores Evangélicos de El Loa, José Luís Urel, se estructuró de plenarios y discusión en comisiones, para luego generar los acuerdos que plasmaron en un documento.

Una de las resoluciones fue la elección de un equipo coordinador, que tiene como misión organizar a la brevedad nuevas movilizaciones, las que señalan deberán ser más radicales, considerando como principal acción la paralización de la producción de cobre.

Otros de los acuerdos del encuentro fue establecer que la demanda fundamental del Movimiento es un mecanismo para asegurar recursos permanentes del cobre y por tanto indicaron que rechazan de forma y fondo el Fondenor presentado por el Gobierno.

Igualmente, estipularon ratificar la idea que todos los recursos naturales de carácter estratégico vuelvan a manos del Estado. En especial mantener las reservas de Litio en manos 100% estatales.

Asimismo, se mandató al equipo coordinador a visitar otras localidades de Chile para coordinarse con otros movimientos y asambleas ciudadanas, además de convocar un encuentro nacional de estas organizaciones en Calama.

El alcalde Esteban Velásquez resaltó este encuentro como un “hito relevante en el proceso social que se desarrolla en Calama”, agregando que es “tremendamente importante que la ciudadanía sea capaz de tomar sus propias determinaciones”.

Respecto a la definición de radicalizar las manifestaciones, dijo “es lógico, la sangre en Calama está caliente, la ciudadanía entiende que aún no hay respuesta positiva a nuestras demandas después de un proceso tremendamente responsable, de mucha diplomacia y movilizaciones pacíficas, pero contundentes. El Fondenor fue entendido como un portazo en las narices y por ello, hoy la sensación de la comunidad es que se le ha engañado