Anders Rönnlund (Uppsala, 1951), presenta cinco video instalaciones en diferentes salas del segundo piso del MAC Quinta Normal. Son obras altamente sugerentes, que provocan todo tipo de emociones y también evocan recuerdos.

SALA 7
Aquí se proyectan imágenes hacia el suelo con música minimalista que le impregna recogimiento y reflexión al ambiente. Los suelos que se proyectan son los de la casona de Londres 38, tristemente conocida como lugar de tortura de la DINA, razón por la cual también genera pena y rabia: una sala de recuerdos dentro de un silencioso equilibrio que puede ser vista como el principio o el final de la exposición, dependiendo del recorrido que se haga.

SALA 8
Se proyectan peatones transitando la acera trasera de la Iglesia San Francisco en Santiago, acompañado de música que en cierto punto se silencia. Se trata de una escena cotidiana y la idea del artista es reflexionar acerca de la ”utilización” de esas personas. ”No se trata de violencia, si no de la elección de un grupo de peatones que finalmente pueden ser utilizados para bien o para mal… he añadido a este trabajo a gente de la ciudad de Uppsala en Suecia, de la ciudad de Castro en Chiloé y Kunming en China, otros lugares donde esta video instalación ya se ha mostrado”, dice el autor.

SALA 9
Esta sala constituye el centro de la muestra; un espacio para la contemplación y el descanso. Es una habitación especialmente construida –la del artista-: de madera con techo bajo, siendo iluminada únicamente por la luz que llega a través de las rendijas entre los listones de madera. Esta habitación tiene un doble significado. Es una habitación que se basa sólo en su propia proporción y su poca luz. Entonces la experiencia dentro de esta habitación depende de los sentimientos de quien los experimente y cómo la obra va completándose con las sensaciones del mismo público.

SALA 10
Aquí hay una gran fuente de agua, y dentro de ella unos 10 instrumentos a modo de ”máquinas músicales”. Éstas sonarán a un ritmo lento y suave, con sonidos aleatorios que producirán música ambiental en la sala. Además, hay una zona como fuente de vista urbana, hecha de una mezcla de desperdicios de basura como tarros plásticos junto a trozos de viejos órganos y harmónicas. Es una instalación muy análoga, en un mundo actual donde todo se maniobra a través de lo eléctrico.

SALA 11
Son imágenes sobre escritos o grabados de los muros del estadio de septiembre de 1973. De fondo se escucha un sonido como arañando los muros. Lo que el artista quiere simbolizar es la presión que el Estado puede realizar ultrajando a su población dentro de ciertos espacios. La reflexión también tiene una dimesión contradictoria porque el Estadio Nacional fue también construido y se utiliza para espacios de diversión, como el fútbol y conciertos. Sin embrago, no por ello ha perdido su memoria.

Entrada general $600. Estudiantes y tercera edad $400
Horarios: martes a sábado de 11:00 a 19:00 horas. Domingo: 11:00 a 18:00 horas
MAC Quinta Normal, hasta el 19 de agosto.