Unos investigadores han descubierto en el este de Australia un cementerio de wombats gigantes; marsupiales de dos toneladas y gran tamaño que poblaron el país durante milenios hasta extinguirse con la aparición del ser humano.

El depósito de fósiles, situado en una zona remota del Estado de Queensland (este), contiene unos cincuenta esqueletos, entre ellos el de un espécimen imponente, dotado de una mandíbula de 70 centímetros de largo.

El esqueleto de éste, bautizado “Kenny” por los científicos, es uno de los mejores preservados, indicó el jueves Scott Hocknull del museo de Queensland en Brisbane, y jefe del equipo de investigadores.

Según el investigador, el sitio contiene la mayor concentración de fósiles de estos animales jamás descubierta en Australia, y podría aportar informaciones sobre el modo de vida y el final de los diprotodontes, el otro nombre dado a los wombats gigantes.

“Cuando empezamos a buscar, me quedé atónito con la concentración de fragmentos” descubiertos, declaró a la AFP por teléfono Scott Hocknull, desde el terreno, en pleno desierto. Los restos tienen entre 100.000 y 200.000 años, según él.

“Es una mina de oro para los paleontólogos; se puede ver lo que hacían estos animales de la megafauna, cómo vivían”, añadió. “Con tantos fósiles, tenemos una ocasión única de ver estos animales en su entorno. De alguna manera podemos reconstruirlos”.

El investigador describió el diprotodonte, un herbívoro, como “un cruce entre el wombat actual y un oso, del tamaño de un rinoceronte”. El marsupial estaba dotado de una bolsa ventral suficientemente grande para acoger a un humano.

El diprotodonte, de un peso de 2,8 toneladas, es el marsupial más grande que habitó en la Tierra, durante un período de dos millones de años, hasta hace 50.000, al final del Pleistoceno. Se extinguió al aparecer las primeras tribus indígenas.

Los investigadores no se ponen de acuerdo sobre las razones de la desaparición de este animal, pero parece que el factor humano es el más plausible.

Entre los descendientes de los diprotodontes figuran los koalas y los actuales wombats, mucho más pequeños que sus ancestros, ya que estos marsupiales de patas cortas y musculosas pesan entre 20 y 35 kilogramos y miden un metro de alto. Se les encuentra en el sureste de Australia y en un parque protegido en el centro de Queensland.

Además de los wombats, los paleontólogos encontraron muchos otros huesos, como por ejemplo los dientes de un varano gigante de seis metros, llamado megalania, y los dientes y placas óseas de un enorme cocodrilo de aquella época.

“Estamos casi seguros de que las cajas torácicas de estos diprotodontes fueron destrozadas por los cocodrilos y los lagartos, porque encontramos dientes de esas dos especies mezclados con los esqueletos” de los wombats, precisó Scott Hocknull.

Según el paleontólogo, es probable que los diprotodontes quedaran varados en esa zona, en la que se refugiaron para escapar a una sequía extrema en un período de cambio climático en Australia.

El sitio contiene también restos de canguros gigantes, llamados protemnodon, de unos 250 kg de peso, así como las osamentas de pequeñas ranas, roedores y peces, un hallazgo interesante al tratarse de una región muy árida.

“Se sabe poco de los peces de las zonas áridas y de su evolución. Encontrar fósiles es formidable”, dijo entusiasmado el investigador.