Informaciones contradictorias circulaban la noche del martes al miércoles sobre la salud del ex presidente egipcio Hosni Mubarak, quien fue declarado “clínicamente muerto”, según la agencia oficial Mena, pero que estaría en estado de coma, según fuentes médicas y militares.

La incertidumbre sobre la salud de Mubarak, de 84 años, quien gobernó durante tres décadas Egipto, se da en un marco de gran tensión política en el país, donde el ejército gobernante se ha otorgado amplios poderes y los dos candidatos que se disputan la presidencia reivindican la victoria.

Un poco más de dos semanas después de que Mubarak fuera condenado a cadena perpetua por la muerte de manifestantes durante el levantamiento que lo derrocó en febrero de 2011, la agencia oficial de noticias Mena dijo el martes que el ex mandatario estaba “clínicamente muerto”.

“Su corazón dejó de latir y más de una vez fue sometido a un desfibrilador, pero no reaccionó”, indicó la agencia.

Poco después, sin embargo, una fuente médica dijo a la AFP que el ex “Rais” se hallaba “en estado de coma”. “No está clínicamente muerto. Los médicos intentan reanimarlo. Está con ayuda respiratoria”, dijo.

Un miembro del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA, junta en el poder desde la caída de Mubarak), confirmó a la AFP, pidiendo el anonimato, que el ex presidente se encontraba en estado de coma.