La familia de Ricardo Rivera Silva, uno de los 12 ‘Rodriguistas’ asesinados en la ‘Operación Albania’ conmemoró su muerte en un acto político – cultural en Lota. En el lugar invitaron a los chilenos a no olvidar la historia y a exigir que se respeten los derechos humanos en el país.

Un sendero lleno de historia en el primer nivel del Liceo Baldomero Lillo, fue la antesala del acto político-cultural que tuvo como objetivo mantener vivo el recuerdo de quienes dieron la vida intentando evitar la vulneración de los derechos humanos.

De esta manera se hizo homenaje con un acto conmemorativo de la caída de los doce combatientes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, que fueron asesinados por agentes de la Central Nacional de Inteligencia, más conocida como CNI, en 1987.

La acción, liderada por Álvaro Corbalán, quien fue condenado a 20 años y un día por esta causa, se trató de una venganza tras el atentado que sufrió Augusto Pinochet en 1986.

Mario Rivera Silva, explicó el sentir de la familia a 25 años del asesinato de su hermano Ricardo.

Luego, un vino de honor y una representación teatral elevó hasta la nostalgia a los asistentes, entre ellos, familiares, amigos y hasta ex profesores de los “caídos”.

“La matanza de Corpus Cristi”, añadió Rivera, debe dejar un legado: la enseñanza de que “Nada está olvidado, nadie está olvidado” como dice el lema, una tarea que hasta ahora le competía a las organizaciones que defienden los derechos humanos, pero que hoy más que nunca está arraigada en los jóvenes, sentenció.

Desde Santiago y hasta Lota viajó Nodina Muñoz Otárola, hermana de Julio, uno de los cinco últimos muertos en Dictadura.