La transición a la democracia en Egipto parece amenazada tras la invalidación judicial de las elecciones legislativas ganadas por los Hermanos Musulmanes, cuyo candidato se enfrenta en la presidencial del fin de semana a un dirigente del régimen, depuesto por la rebelión popular.

Para incitar a los casi 50 millones de electores convocados a que vayan a votar, las autoridades decretaron que sábado y domingo serán feriados. Y el ministerio del Interior anunció un plan de seguridad draconiano para evitar eventuales incidentes.

La decisión de la Corte Constitucional de invalidar el jueves los resultados de los comicios legislativos por un vicio de forma en la ley electoral, fue calificada por los islamistas y por las fuerzas políticas del sector “revolucionario” de verdadero “golpe de Estado” orquestado por el ejército en el poder.

Estados Unidos se declaró muy “preocupado” este viernes por la anulación de los resultados de las elecciones legislativas egipcias, y estudia las consecuencias de esa decisión, informó el departamento de Estado.

“Estamos muy preocupados por la decisión de la Corte difundida ayer (jueves), que implicará la disolución de un (cuerpo) electo democráticamente”, declaró a la prensa la portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland.

“Continuamos observando la situación en Egipto, estamos estudiando de cerca las decisiones tomadas ayer (jueves) y sus implicancias. Nuestra sensación es que los propios egipcios no saben claramente qué va a suceder”, agregó la portavoz.

La segunda vuelta de la elección presidencial está prevista para el sábado y el domingo.

La agencia de calificación crediticia Fitch rebajó el viernes la nota de Egipto de “BB-” a “B+”, para su deuda en divisa extranjera, y de “BB” a “B+”, para su deuda en moneda local, debido a la incertidumbre política que invade el país, anunció en un comunicado.

Según Fitch, la decisión de la Corte Constitucional de invalidar el jueves los resultados de los comicios legislativos y de “disolver” el Parlamento aumenta las dudas sobre la transición política del país.

El hecho de que la Asamblea quede fuera de juego podría permitir al Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA) recuperar el poder legislativo, como fue el caso durante el periodo entre la caída de Mubarak en febrero de 2011 y la primera sesión del nuevo Parlamento un año más tarde.

“El guión de la contrarrevolución está bastante claro a través de una serie de episodios que pasan por las absoluciones en el proceso de Mubarak (el 2 de junio), la decisión de dar a la policía militar y a los servicios secretos militares el poder de detener a los civiles y finalmente la invalidación del Parlamento”, declaró un colectivo de partidos de izquierda laicos y liberales.

El diario independiente Al Tahrir calificó en su portada la decisión de la Corte de “golpe de Estado jurídico”, mientras que el cotidiano Al Shuruc estimó que la justicia había “entregado todos los poderes al CSFA”.

No obstante, el candidato de los Hermanos Musulmanes a la presidencia, Mohamed Mursi, anunció que respetaba la decisión de la Corte, que también invalidó una ley que privaba a los pilares del antiguo régimen de sus derechos cívicos, permitiendo así a Ahmed Shafiq, el último primer ministro de Mubarak, permanecer como postulante a la presidencia.

“El pueblo egipcio que eligió en la libertad y la transparencia a sus diputados está en condiciones de reelegir a otras personas que protegerán los logros de la revolución que algunos quieren confiscar”, declaró el presidente de la Asamblea del pueblo, el islamista Saad Ketatni.

Shafiq, que llegó en segunda posición en la primera vuelta a fines de mayo después de una campaña centrada en el tema del restablecimiento de la seguridad, multiplicó las promesas de “reconstruir un Estado y una economía modernos”, “iniciar grandes proyectos para reducir el desempleo” y “garantizar las libertades individuales y de la prensa”.