Los malos hábitos de salud de los chilenos han llevado a que la hipertensión tenga una alta prevalencia entre la población, incluso entre adultos jóvenes. La última Encuesta Nacional de Salud del Minsal detectó que entre las personas entre 25 y 44 años hay un 13% de hipertensos.

En tanto, entre las personas de 45 a 64 hay un 44% que sufre esta patología. En adultos mayores es especialmente preocupante, ya que el 75% padece presión alta, por lo que queda expuesta a un importante riesgo de salud.

Uno de cada tres adultos en el mundo tiene hipertensión y uno de cada 10 tiene diabetes, según las Estadísticas Sanitarias publicadas por la Organización Mundial de la Salud. Se trata de cifras preocupantes, ya que ambas patologías son factor de riesgo de accidente cerebrovascular, una de las principales causas de discapacidad en el mundo.

“La hipertensión acelera el proceso arterioesclerótico”, explica el doctor Michel Bergoeing, cirujano vascular y endovascular de la Universidad Católica.

“Es un círculo vicioso: si se deposita colesterol dentro de las arterias, el vaso se vuelve rígido, por lo que se eleva la presión con que el corazón bombea la sangre, y te haces hipertenso. Pero si eres hipertenso, la tensión produce un daño se produce daño en las arterias, que favorece el depósito de sedimentos”, añadió el profesional.

La acumulación de colesterol en las arterias es un importante factor de riesgo de infarto. Esto, porque el sedimento ocluye los vasos sanguíneos y limita la irrigación de los órganos.

“Lo que hace el proceso ateroesclerótico es que va tapando las arterias, y se afectan diferentes órganos según la zona donde está la obstrucción. Si en las arterias carótidas, se tapa la irrigación hacia el cerebro y produce infarto cerebral”, explica el doctor Bergoeing.

La hipertensión tiene un fuerte factor hereditario, ya que los hijos de padres con esta patología tienen un 50% más de probabilidad de desarrollarla, con respecto a los hijos de padres sanos. Sin embargo, para ellos hay una buena noticia: el riesgo de hipertensión disminuye en un 34% realizando actividad física.

“Los malos hábitos de salud llevan a que aumente tu colesterol LDL, llamado ‘colesterol malo’, y se deposite dentro de las arterias”, advierte el doctor Michel Bergoeing, cirujano vascular y endovascular de la Universidad Católica. “Pero si tú haces ejercicio, evitas que se deposite el LDL, y haces que suba el HDL, que es el colesterol bueno”, acota el Dr. Bergoeing.

La presión arterial normal en una persona adulta llega a 120 milímetros de mercurio (mmHg) durante la fase de sístole, cuando el corazón se contrae, y debe bajar a 80 mmHg durante la diástole, cuando el corazón se relaja. La cifra de presión normal es, entonces, 120/80. Se habla de hipertensión cuando la medida es igual o superior a 140 mmHg durante la sístole estando la persona en reposo, o hasta 90 mmHg durante la diástole.

“El ejercicio constante dilata los vasos sanguíneos de los músculos que se usan al caminar o correr, por lo que la sangre fluye más rápido, a una presión más baja”, explica el doctor Michel Bergoeing, cirujano vascular de la Universidad Católica.

“A la vez, esto contribuye a evitar que se acumule colesterol en las arterias, que es una importante causa de hipertensión”, agrega el especialista de la UC.